Una joven identificada como Lilia Pérez relató cómo el COVID-19 hizo que sus pulmones ya no pudieran funcionar por si solos en el primer día de la enfermedad.
Lilia Pérez contó su experiencia con la enfermedad a través de las redes sociales para hacer conciencia sobre lo difícil que es contagiarse. "Un día necesitó para que mis pulmones ya no pudieran respirar solos", fue así como inició su publicación.
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La joven explicó que su cuerpo ya estaba "golpeado" por la anemia y tenía los pulmones muy dañados. Su travesía con la enfermedad inició con una tomografía en la clínica Star Médica y después le realizaron la prueba PCR. "De ahí a oxigenar en urgencias por casi dos horas, mejoró mi oxigenación y por cuestiones de aseguradora llegué a Pensiones, donde ya me esperaban a las 12 de la noche", dijo.
Al cambiar de clínica, ya tenía hipotermia (temperatura corporal menor a 35°) e hipoxia (falta de oxígeno suficiente para las funciones del cuerpo). "Mis órganos ya estaban cansados, mis pulmones no podían más", añadió.
Le volvieron a hacer la prueba PCR, siendo la segunda vez en menos de dos horas. Describió la prueba como un proceso incómodo y doloroso pero rápido.
De igual manera le volvieron a poner oxígeno y horas después "amaneció" en el área de COVID-19. Apenas la vieron los doctores, le dijeron que era necesario intubarla de inmediato y lo siguiente fueron nueve días intubada.
"Dormida, con sedantes, con sueños raros, pesadillas, dicen que los sedantes no me hacían mucho efecto", explicó.
Entre las cosas que recuerda de su tiempo en hospitalización, fue un momento en el que el doctor le gritaba y le pedía que pusiera de su parte para mejorar. "Lilia, Lilia, ¿me escuchas? Tienes que colaborar o no vamos a poder hacer más por ti, ayúdanos", fueron las palabras que recuerda del doctor Mario Peniche.
Fue en ese momento, cuando sus fuerzas y ganas de vivir "se aferraron" y poco después pudo seguir el tratamiento solo con mascarilla de oxígeno. La joven describió la experiencia como "días confusos, raros" en los que no pudo ver ni hablar con ningún familiar. Permaneció en el hospital durante nueve días más y como parte del tratamiento le ponían inyecciones en el estómago, tenía una sonda y catéter en el cuello, así como las piernas vendadas, en ayuno casi total y con el apoyo de oxígeno todo el tiempo.
"Pensando en mi familia, mi novio, dinero para el hospital y querer vivir, seguir viviendo. Fui mejorando y mi oxigenación avanzaba. Cada día necesitaba menos oxígeno, empecé a comer y a entender que Dios me dio una nueva oportunidad", agregó.
Mientras ella se recuperaba, escuchaba los gritos de otros cuartos y luego supo que se trató de un médico joven pero con diabetes que falleció a causa del COVID-19.
En su caso, aunque sufre sobrepeso fueron más los factores clave para su mejoría tales como la edad, ser una persona activa y no padecer diabetes o hipertensión.
Por último, enfatizó en que nadie esta exento de sufrir la enfermedad y por lo tanto no se debe bajar la guardia en las medidas de prevención del COVID-19. "La enfermedad llegó y dudo que se vaya, tenemos que darle importancia, cuidarnos, escuchar y aplicar las medidas".
Recordó que es una enfermedad difícil ya que actúa de forma diferente en cada persona según los síntomas, el sistema inmune, estilo de vida, entre otros factores.También pidió reflexionar acerca de la angustia por la que tienen que pasar los familiares de los pacientes con COVID-19.
Luego de pasar por tres semanas sumamente complicadas, Lilia Perez se encuentra en la etapa de recuperación y aún requiere apoyo de oxígeno, aunque ya se encuentra en su casa.
La joven se dijo agradecida por el amor y apoyo que recibió de tantas personas como su familia y amigos, así como el trabajo de los doctores y enfermeros que se hicieron cargo de ella.
Por Redacción Digital Por Esto!
GM