Lo nombramos “José”, porque para contar su historia pidió el anonimato, ya que a pesar de que han pasado meses de su tragedia, el operador de Uber que nunca se imaginó el giro que tomaría su vida con la llegada de la pandemia, pues la tragedia tocó a su puerta y, con ello, a toda su familia.
Precisamente a principios de marzo, cuando la contingencia comenzó, José, como muchos, minimizó la gravedad de la situación que se estaba viviendo en el país… Y en el mundo.
Ante dicha confianza de que todo era pequeño e ignorando la necesidad de reducir la movilidad, además, claro, por la necesidad de conseguir el dinero del día a día, nunca dejó de salir a buscar trabajo.
Sin embargo, fue cuando un día comenzó a sentirse mal y le diagnosticaron COVID-19 que todo cambió por completo.
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Ante el padecimiento de la enfermedad que invadió su cuerpo, su mamá, hermana y hermano, con quienes habitaba, acudieron a sus cuidados.
Una semana después de estar enfermo en casa, todos quienes se habían mantenido al pendiente de él, cayeron en manos del virus también. Su madre, hermana y hermano comenzaron con los síntomas de la enfermedad y, desgraciadamente, todos en una situación de gravedad.
Ante las circunstancias, los vecinos dejaron de verlos; únicamente veían de repente que alguno de los hermanos salía.
Pero, con el pasar de los días, todo se fue tornando más complicado, pues a la casa de José comenzaron a llegar ambulancias para llevarse a los infectados.
Y así fue cómo toda la familia cayó enferma de gravedad a causa del coronavirus, por lo que llegaron hasta cuidados intensivos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Solamente se tenían entre ellos, pues toda su familia estaba en Chetumal y nadie podía acudir a auxiliarlos en ese momento.
De un momento a otro y antes de que pasara un mes de que todo comenzó, falleció la mamá de José. Y, en seguida, también cayeron su hermana y su hermano… José fue el único sobreviviente del COVID-19.
Después de todo lo acontecido, cuando José salió del hospital, los vecinos no volvieron a verlo. Algunos dicen que se vio muy afectado por todo lo que vivió, siendo que no solamente atravesó la enfermedad, sino que además perdió a toda su familia.
Otros más dicen que se fue con sus parientes de Chetumal; aunque todo son suposiciones, debido a que, desde entonces, la casa ubicada la colonia Nueva Kukulcán, luce vacía y abandonada.
Pero existen altas probabilidades de que se encuentre en Chetumal con sus familiares, pues el automóvil que utilizaba para trabajar tampoco se encuentra en la vivienda que ahora parece deshabitada.
Tristemente, esta historia se ha repetido desde que comenzó la pandemia en distintos hogares. También en la colonia Chuburná se dio un caso similar, en el cual fallecieron madre e hija y, quienes conocen a la familia, señalan que se han convertido en personas más retraídas y reservadas después de lo que vivieron.
Es por ello que, se hace un especial llamado a dejar de mirar cifras o números, y comenzar a reconocer personas, familias e historias en cada reporte diario que presenta la Secretaría de Salud de Yucatán.
Únicamente llevando a cabo las medidas sanitarias implementadas por esta dependencia será posible tomar acción y evitar que el coronavirus continúe esparciéndose y separando a más familias.