Yucatán

Productores mantienen la esperanza de recuperar cosechas en Ixil

Los horticultores de Ixil perdieron prácticamente todas sus cosechas por las lluvias que cayeron en la Entidad
Fotos: Óscar Suaste

Luego de un complicado 2020, en donde horticultores del municipio de Ixil perdieron prácticamente todas sus cosechas por las lluvias que cayeron en la Entidad y la llegada de diversos fenómenos meteorológicos; ahora, en el inicio de un nuevo año, los labriegos renuevan energías y esperanzas, preparan sus tierras para sembrar rábano, cilantro, hierbabuena, además de algunos cítricos y las tradicionales cebollitas que caracterizan a la localidad. De esta manera, los productores ponen sus anhelos en estos productos ante un complicado 2021.

Durante diferentes momentos del año pasado y derivado de las afectaciones por los fenómenos meteorológicos que afectaron a la Entidad, el equipo de POR ESTO! se dio la tarea de recorrer diferentes puntos del Estado para documentar estos hechos. Un lugar al cual se acudió con cierta frecuencia, fue al municipio de Ixil, localidad con una gran vocación de horticultores.

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Ixil se encuentra a unos 36 kilómetros de la capital yucateca, tiene como vecinos a localidades como Conkal y Baca; como ya se ha hecho mención, la mayoría de los pobladores se dedican al campo, específicamente al cultivo de hortalizas y otros productos primarios, los cuales suelen transportarse a Mérida para ser comercializados.

Desde los impactos de la Tormenta TropicalCristóbal, hacia finales del mes de mayo del 2020, los horticultores de Ixil sufrieron su primer revés, pues donde antes se cultivó rábano, cilantro, cítricos, lechuga, entre otros productos, sólo quedaron grandes extensiones de terrenos inundados, por lo que las pérdidas fueron cuantiosas, tal como lo relató Juan Portillo, productor del municipio.

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Por su parte, Felipe Tec García, lamentó las pérdidas que sufrió durante el año pasado; en este sentido, dijo que estas ascienden a unos 80 mil pesos netos, sin contar las horas que se necesitan en trabajo efectivo en el campo para que el producto salga.

Explicó que muchas veces los hombres de campo se levantan muy temprano en la madrugada para que a las cuatro de la mañana las hortalizas estén listas para ser trasladas a la capital del estado y finalmente, ser comercializadas.

Durante la entrevista relató las diferentes pérdidas a lo largo del año pasado, ya que indicó que “no salían de una para meterse en otra”, y lamentó que las ventas que les dan cada año una bocanada de aire en el mes de diciembre, tampoco las pudieron aprovechar. Con respecto a esto, indicó que se trató de la remolacha, tubérculo que suele tener mucha demanda para dicho mes, pero que no pudo salir ya que un temporal afectó la cosecha, el producto no creció y finalmente se tuvo que quedar con unos 500 rollos del vegetal.

 “Luego que pasaron las lluvias, al fin se fue el agua, pero empezaron otros problemas, porque la tierra se empasta y no sirve así para cosecharla, hay que trabajarla, ponerle fertilizante, removerla, tirar nueva semilla y empezar todo otra vez; fue un año duro”, sentenció.

El campesino expuso que como son productores independientes suelen captar ganancias por lo que les deja cada año en 2020 no pudieron tener este beneficio.

Externó que, si bien los reveses de junio y octubre por las inundaciones les dejaron grandes pérdidas, por ahora no les queda otra alternativa más que iniciar de nuevo, tratar, trabajar la tierra, que no únicamente es su modus vivendi, sino también el de su hijo y yerno, quienes le ayudan a cultivar la hectárea que es de su propiedad.

En ese espíritu de renovación, Tec García apuntó que ahora están cosechando rábano y cilantro, ya que estos productos son relativamente rápidos para cosechar, pues solo toma unas cinco semanas para que estén listos para su comercialización.

Eso sí, destacó que no por eso representa un menor esfuerzo, dedicación y, por supuesto, inversión, pero que es una forma de vida que ha aprendido y le ha dado de comer desde que tiene uso de razón.

“Si dejamos el campo, ¿quién nos va dar empleo? Es nuestra arma de trabajo, es como ganarte la lotería, algunas veces te va bien, pero otras no tanto; así es esto”, declaró.

Por su parte, José Antonio Tejero comentó que, por si no fuera poco, en este principio de año han visto algunos insectos en los cultivos, lo que les obliga a redoblar esfuerzos para fumigar sus campos y representa un gasto extra para los productores de Ixil.

Lamentó que no hayan recibido el apoyo suficiente para recuperarse de un año por demás complicado. En tal sentido, detalló que al principio recibieron una ayuda, pero esto fue por la pandemia, y después de este recurso, no les ha llegado nada más.

Al rescate de las cebollitas

Ciriaco Pech Tec reconoció que también sufrió los embates de Cristóbal, por lo que perdió prácticamente toda su cosecha; sin embargo, al momento se encuentra, al igual que sus compañeros, con nuevas esperanzas para producir hortalizas e iniciar un 2021 que parece prometedor.

Ante este panorama, el campesino apuntó que está preparándose, y que uno de los cultivos icónicos de Ixil está en sus cebollitas, usualmente usadas como complemento para caldos o simplemente hechas en curtido.

El productor recalcó continuar alistándose y, pese al mal tiempo, pudo salvar un mecate –alrededor de 20 metros cuadrados- de las cebollitas, pero dijo que no las va a vender, más bien las usará como semilleros, pensando en un futuro.

“Si vendo todo ahora, ¿con qué me quedo? Prefiero aguantarme un poco más, sacar mis semilleros, y ya posteriormente vender, porque si estuvo duro el año”, reflexionó.

Los productores concordaron en que han renovado sus esperanzas para este 2021, por lo que preparan la tierra, la abonan, cuidan los cultivos, trabajan a marchas forzadas, para dejar atrás los estragos del año anterior.

Su cilantro, rábano, hierbabuena, cebollina, incluso plantas ornamentales, pronto adornarán los puestos de las principales zonas de comercio de la capital yucateca; eso sí, claman por ayuda de las autoridades de los diferentes órdenes de gobierno, ya que saben que el clima y la naturaleza no tienen palabra de honor.