En los puertos de Celestún y Sisal, en Hunucmá, ubicados en la costa del Occidente del Estado, ayer por la mañana sólo unos cuantos pescadores se animaron a salir por la captura del pulpo maya, sabiendo que, hasta el momento, el kilo se comercializa a 170 pesos.
Sin embargo, quienes se quedaron en los puertos de abrigo se dedicaron a desinstalar la “jimbas”, palos de más de tres metros de largo que se utilizan para colocar la línea de cordeles con la carnada y que al garetear la embarcación arrastrada por la fuerza del mar, atrae al molusco que se guinda en la trampa, para poder sacarlo del mar.
En lugar de las “jimbas”, los ribereños comenzaron a colocar en sus navíos el palangre, que se utiliza para atrapar peces de escama.
Con esta actividad, los hombres de mar de esta zona dieron por finalizado un año más de la captura del molusco, que en sus palabras fue regular, pues al inicio obtuvieron ganancias de hasta 7 mil pesos por embarcación. Sin embargo, los frentes fríos provocaron una disminución en la pesca y la imposibilidad para zarpar a altamar.
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CC