La “quema del año viejo” o “Quema de viejos”, una costumbre que data ya de poco más de tres décadas de haber hecho su arribo a la “Perla del Sur”, en veremos por supuesto temor a ser sancionados por las autoridades municipales, señalaron vecinos del barrio de Santiago y de San Enrique, ya que algunos ya iniciaron su elaboración y tres ya la concluyeron.
El temor a ser sancionados emana a partir del lamentable estallido de un polvorín en la calle 17 entre 34 y 36 del barrio de San Enrique, en el hogar de veteranos artesanos de la pólvora y que puso a Ticul en la mira de las autoridades estatales, en cuanto al control del uso y almacenamiento de la pólvora se refiere.
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Incluso hubo hasta dos o tres operativos más en el transcurso de este tiempo, lo que ha sembrado un tanto el temor entre los pobladores a ser sancionados en caso de “hacer la quema del viejo”, ya que incluso en las calles se ha visto una drástica disminución en cuanto al número de jóvenes y a la misma cantidad y potencia de los juegos pirotécnicos que en estos días se han estado utilizando en las calles de la ciudad en comparación con años anteriores.
Así esta tradición que iniciara a fines de los 80s y principios de los 90s en nuestra ciudad y que llegara por el rumbo del parque infantil, cuando los entonces jóvenes de ese rumbo, se habla de los entonces muchachos de la familia Cámara, se atrevieran a “quemar los primeros viejos”, actividad que alcanzaría su mayor auge a principios del nuevo milenio, en esta ocasión será muy restringida según los ticuleños.
Ya que por el momento solo un joven de Oxkutzcab se ha atrevido a ofertarlos, eso sí vía redes sociales, pues las otras efigies que se ven en las calles, son simples piñatas, sin ningún tipo de pólvora, para aquellos que los quieran rellenar, más su venta está muy baja en comparación con años anteriores señalaron comerciantes, en el caso del joven de Oxkutzcab dice que hacía 25 en años anteriores, ahora solo hizo diez y apenas ha vendido 3, oscilando los precios entre $300 y $400 según el contenido.
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RM