El Museo de las Momias, uno de los atractivos de este municipio, se encuentra a un costado de la iglesia de San Mateo y resguarda los restos de cuatro niñas y un entierro maya hallados en 1980 durante la remodelación del suelo del lugar construido en el año 1779.
El municipio, una población maya conocida como “Nohcacab” (Gran Villa), se encuentra en el corazón del Puuc (Sierra) a sólo 20 minutos de Ticul, y resguarda uno de los mayores hallazgos del estado, las momias de unos infantes de origen alemán.
El encargado del lugar, César Francisco Uk Kauil, mencionó que el museo recibe a cientos de visitantes durante todo el año, entre turistas locales y nacionales, pero tiene mayor auge en fechas cercanas a la celebración del Día de Muertos.
Dentro del sitio se pueden ver diversos objetos antiguos, réplicas de piezas mayas y tumbas de esa civilización.
El Museo de las Momias se inauguró en 1980, al descubrirse los cuerpos citados, tras lo cual se acondicionó un espacio de la parroquia para su ubicación.
Dentro del recinto se pueden visitar tres habitaciones en las que hay varios utensilios mayas, réplicas de piezas arqueológicas, murales con la historia del municipio, usos y costumbres de la región, así como las zonas arqueológicas y cenotes.
Uno de los principales atractivos del museo es una tumba maya ubicada en la primera sala del museo, donde se puede apreciar una calavera y objetos mayas a su alrededor cubiertas con hojas de roble.
Mientras, en la última sala se encuentran cuatro momias de infantes que fueron halladas hace 40 años, cuando se hacían trabajos de remodelación en la parroquia de la comunidad. Igual se observa la representación de un cenote, el altar maya para los muertos y la representación de la muerte.
De acuerdo con información proporcionada por el munícipe, Luis Alberto Sansores Miam, habrían sido 12 momias las que fueron halladas en el lugar en ataúdes, pero llamaron la atención por la conservación de los cuerpos, por lo que fueron enviadas a Mérida para su estudio y sólo cinco regresaron al municipio tras varias gestiones y son las que ahora están en exhibición.
Mencionó que el hecho fue reportado al Centro Regional del Sureste del INAH de la ciudad de Mérida, por lo que expertos llegaron al lugar para verificar el hallazgo. Recordó que los investigadores fueron los arqueólogos Peter Schmidt, Norberto González y la antropóloga física Lourdes Márquez Morfín.
“Después del reconocimiento y verificación, los antropólogos trasladaron los cuerpos momificados al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de Mérida para su análisis e investigación”, relató.
Agregó que en el Centro INAH Yucatán se estudiaron los cuerpos, hicieron radiografías y, por la vestimenta, determinaron que eran niñas de origen alemán y que, al parecer, fallecieron por una enfermedad.
Durante las investigaciones se determinó que los cuerpos de las niñas se momificaron debido a que fueron depositados en ataúdes de madera de cedro; aunado a esto, los familiares pusieron cal debajo de los cuerpos y los cubrieron con hojas de roble, determinándose que eso permitió la conservación de los cuerpos por la sustancia que libera el roble.
Agregó que las momias corresponden al sexo femenino con edades que oscilan entre los 3 y 6 años, aproximadamente. Visten prendas de algodón blanco con flores rosadas, amarillas y azules, además portan calcetines, gorros y chales; tienen los brazos cruzados sobre el regazo y una de ellas porta un abanico de papel de colores entre sus manos entrelazadas, los cuerpos aún conservan cabello, uñas, pestañas, dientes y piel.
Al parecer, fueron hijas de un grupo de alemanes que en el año de 1860 llegaron a Yucatán y se quedaron en Santa Elena, aunque también se especula que pudieron ser hijas de familias de ricos que tuvieron el privilegio de la época de ser sepultadas en la iglesia, con la cabeza apuntando hacia el altar principal.
La entrada al museo se encuentra por el costado izquierdo del recinto sagrado, tiene un costo de acceso de 20 pesos por persona y se permite la entrada con todas las normas sanitarias para prevenir un posible contagio.
Los paseantes disfrutan del misticismo que encierra el lugar al observar a las momias, las imágenes relacionadas con la muerte, los entierros prehispánicos y figuras de dioses mayas, aunado a los usos y costumbres de la región que se proyecta en video desde unas pantallas para una mejor comprensión.
Cerca de este municipio también se puede visitar la gran ciudad maya de Uxmal y Kabah.
SY