Locatarios del mercado Lucas de Gálvez, en Mérida, dedicados al comercio de pescados y mariscos, informaron que, pese a que fue el segundo viernes de Cuaresma, las ventas han sido lentas y ayer no fueron las esperadas, lo que atribuyeron de nuevo al cambio de paraderos y, en general, a los maceteros instalados en el centro.
En lo que fue el segundo viernes de esta celebración, fecha importante tanto para los católicos como para los comerciantes que aprovechan la demanda de productos como huevos, pescados y mariscos, que suelen ser cocinados en estos días, la afluencia de clientes en las principales centrales de abasto, como el Mercado Lucas de Gálvez, fue moderada. Contrario a lo que se esperaba, poca gente acudió a comprar este tipo de productos.
Josué Acosta, uno de los locatarios del mercado, dijo que las ventas en esta época únicamente han aumentado un 10 por ciento, en comparación con cualquier día habitual del año.
“No es la venta que teníamos como hace muchos años. En ese tiempo había menos competencia, como los supermercados y los vendedores ambulantes que hay ahora; entonces, la gente ya no se surte como antes”, indicó.
El comerciante comentó que, al momento, a muchas personas se les complica acudir particularmente al Lucas de Gálvez para hacer sus compras, ya sea en Cuaresma o fuera de esta época.
Relató que, en primer lugar, la coyuntura por el COVID-19 les ha perjudicado, pero también aseguró que las medidas, como los maceteros, están sumando para que cada vez menos personas decidan ir al mercado y surtirse, no sólo de pescado, sino de las diferentes mercancías y productos que se ofrecen en el lugar.
Indicó que esperan que, conforme transcurran las semanas, las ventas se regularicen, ya que dijo que, durante el primer viernes de Cuaresma, los clientes no salieron de sus casas a causa del mal tiempo, provocado por un Frente Frío, y en este segundo simplemente fue poca la afluencia de potenciales clientes.
Por su parte, el locatario Javier Sosa consideró que las ventas de pescados y mariscos por la Cuaresma se mantienen estables. Expuso que, a diferencia de años pasados, no han visto una gran demanda de sus productos.
Expuso que venden prácticamente el mismo volumen que el año pasado, cuando recién se implementaron las medidas sanitarias para combatir el coronavirus en sus centros de trabajo.
“No hay una grandiosa venta; hay lo necesario. Tampoco se trata de acaparar porque la verdad es que la situación de los clientes no está para gastar mucho”, acotó.
Coincidió que los maceteros, así como los cambios de en los paraderos, han terminado de afectar a los comerciantes, en este caso a quienes venden productos del mar.
JG