Nostalgia, tristeza y la vez unión por una misma causa es lo que se vivió en Seyé al conocerse el caso de la familia Tziu Tzab, cuyos integrantes requieren de ayuda urgente, de los tres niveles de gobierno, para solventar sus necesidades.
El caso trascendió, cuando los vecinos de la calle 34 entre 35 y 37 comenzaron a ver a José Hipólito Tziu Pech deambulando solo por el municipio en su silla de ruedas y sin su esposa y su hija, que tradicionalmente lo acompañan a donde quiera que vaya.
Al acercarse uno de los vecinos, Hipólito platicó lo que le había sucedido a su esposa y pidió ayuda para solventar las necesidades por la que atraviesan, pues es una de las familias más conocidas en la población, precisamente por las condiciones en las que viven y sustentan sus propios gastos.
Tziu Pech está casado con Hermelinda Tzab Huchim, quien padece de epilepsia y en cualquier momento presenta ataques que requieren de atención médica. El matrimonio tuvo una hija con capacidades espaciales, que también requiere de valoración y de ayuda clínica.
“Doña Hermelinda”, como tradicionalmente se le conoce en el municipio, se colocaba en las afueras de los comercios, tiendas de abarrotes o farmacias para pedir caridad, pues desde que su esposo, quien padece diabetes, se quedó en silla de ruedas, ella es la que se encargabs de su familia.
Todos los días y a diferentes horas salía a la calle junto con su esposo e hija para buscar ingresos diarios para comer y subsistir, hasta que el fin de semana se les dejó de ver en la calle y los vecinos comenzaron a preguntarse qué les había sucedido.
Hipólito relató que fue el sábado pasado cuando su esposa se encontraba en la elaboración de los alimentos, en un fogón que tienen en la parte trasera de su humilde vivienda, cuando de pronto se le presentó uno de los ataques epilépticos y se cayó al suelo, no sin antes quemarse con el aceite con el que cocinaba.
Por la gravedad de sus lesiones y dado que la familia no cuenta con ningún otro familiar que los ayude, tuvieron que ingeniárselas como pudieron y fueron trasladados al hospital de Acanceh, donde fue valorada y curada.
Por la gravedad de sus lesiones y quemaduras, se le pidió a Hermelinda que tomara un descanso y que se quedara en su casa, además de que apenas ayer fue llevada al hospital del seguro social en esta población para su segunda valoración.
La familia recibe a diario una ración de comida del DIF municipal, pero fuera de este apoyo no han recibido nada más, por lo que han tenido que pasar por carencias y es Hermelindo el que en silla de ruedas sale a buscar ayuda para poder mantenerse en estos días.
Al conocerse la historia de la familia, cuyos integrantes viven en una humilde casa de mampostería en un cuarto, con un pequeño baño y una cocina hecha de madera y cartón, algunos vecinos acudieron en su ayuda para apoyarlos con medicamentos, alimentos y ropa.
Sin embargo, ninguna ayuda está de más y la familia requiere de mayor atención, para los diferentes padecimientos con los que viven y que se pueda mejorar la calidad de vida, pues son muy apreciados y queridos en el municipio.