Yucatán

La pandemia por COVID-19 ha cambiado la vida de los habitantes de Valladolid

La pandemia ha afectado de muchas formas a las familias de la ciudad, algunos han perdido sus trabajos, otros familiares y conocidos
Fotos: Ariel Sánchez

Este 13 de marzo se cumple un año de haberse detectado el primer caso de COVID-19 en Yucatán, se trató de una mujer de 57 años que fue contagiada en un viaje que realizó a España; sin lugar a dudas, ha sido un tiempo muy difícil para todos y en los cuales la ciudadanía ha tenido que adaptarse a nuevas formas para sobrevivir.

Entrevistado al respecto, Ramsés Pasos Sánchez recordó que cuando se dio cuenta que gente vulnerable como él se estaba muriendo de COVID-19, entre ellos muchos conocidos y amigos cercanos, “fue que empecé a investigar cómo detectar a tiempo un síntoma que me pudiera dar la pauta para poder saber que ya estaba mi vida en riesgo, sin embargo, el virus es tan desconocido que toda la información que leía me sobrepasó”, dijo.

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Lamentó que después de varios meses de cuidarse, al asistir a una reunión familiar por un bautizo en Cancún, Quintana Roo, se infectó, ya que 5 días después empezó a sufrir decaimiento y una tos muy leve, pero incómoda; sin embargo, su oxigenación se mantenía entre el 99 y 100 por ciento, o sea, normal.

Al noveno día de haberse infectado fue al doctor y éste le dijo que tenía un cuadro gripal con infección de garganta, sin que su oxigenación se haya afectado, lo diagnosticaron como caso sospechoso.

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Empero, 18 horas después de haber ingresado al hospital ya estaba intubado, considerando haber entrado a tiempo para poder atenderse.

Recordó que fueron 5 días de estar acostado boca abajo e inconsciente, para lo cual los doctores se enfocaron en salvar sus pulmones hasta que finalmente lograron estabilizarlo y logró vencer al letal virus.

La estilista de profesión, Paty Fernández, platicó que considera el COVID-19 como una enfermedad muy peligrosa y mortal; referente a su trabajo, afirma que sigue todas las medidas de higiene, ya que hasta la fecha tiene instalado un pequeño lavabo en la parte delantera de su negocio para que sus clientes se puedan lavar correctamente las manos, así como aplicarse gel antibacterial.

“También hay un tapete con cloro y antes de hacer un corte de cabello sanitiza la silla, después pasa otro cliente, y de esta manera se sienten protegidos y seguros”, señaló.

Dijo que lamentablemente este virus ha afectado su economía, al igual que a la de muchos de sus colegas, pues ha bajado la clientela.

“Nos tenemos que adaptar a los nuevos tiempos que estamos viviendo, ya hace un año que llegó el COVID-19 a México y es un virus que permanecerá”, lamentó.

Por su parte, Tony Rivero expresó que esta pandemia afectó su trabajo, al paralizarse la economía sobre todo en los negocios.

“Esas exigencias del Sector Salud y del gobierno vinieron a ponerme las pilas, volver a la vida diaria, pero con la nueva normalidad, siguiendo las reglas para evitar el contagio, evitar aglomeraciones, uso del gel antibacterial, cubrebocas, etc”.

Si se puede sacar el lado positivo a este tiempo es un cambio como persona, entendiendo que de todo lo malo siempre hay que rescatar lo bueno; aunque su familia no ha sido afectada, en lo que se refiere a amigos y conocidos sí ha sufrido pérdidas lamentables y han sido perjudicados económicamente por falta de empleo o en sus actividades personales.

Manifestó que igualmente este año, con el virus del COVID-19 en el Estado, también tuvo mucho tiempo para él y su familia para valorarlos aún más, tiempo que no se daba por no llevar una agenda de trabajo, cuestión que le había afectado su salud por comer fuera de horarios y ahora está mejor organizado y sus clientes se han adaptado a esta nueva forma de trabajar, concluyó.