En el Sur de Mérida se tienen identificados cinco grandes asentamientos irregulares en las cercanías de colonias como Nueva San José Tecoh, Emiliano Zapata Sur III, Dzununcán, La Guadalupana y El Roble. En cada una de ellas habita un promedio de 400 familias, de acuerdo con datos de la dirección de Desarrollo Social del Ayuntamiento.
Cerca del 70 por ciento de los “invasores” provienen de otros Estados del país como Tabasco, Chiapas, Campeche, Veracruz, Michoacán, Oaxaca y Guerrero; quienes llegan a la capital yucateca buscando mejores oportunidades de vida.
En su mayoría son madres solteras o parejas jóvenes los que invaden un lote de terreno con la esperanza de que algún día se regularice la situación y obtengan una propiedad. La Comuna meridana informó que estos asentamientos, al no estar regularizados de manera oficial, no existen, por lo cual no se les puede dotar de servicios básicos como calles pavimentadas, alumbrado público, agua potable, energía eléctrica o programas sociales.
La Guadalupana II es un asentamiento que se encuentra en el Sur de la ciudad; se ubica en las cercanías del fraccionamiento Dzununcán y de La Guadalupana. Este último se formó tras una invasión que se prolongó a lo largo de 10 años.
El lugar, como las demás invasiones, no cuenta con servicios públicos. El lote de poco más de una hectárea tiene cerca de cuatro años de haber sido invadido. En la actualidad, ahí viven unas 30 familias, quienes construyeron sus viviendas con madera y láminas de cartón.
Tan sólo tienen a su disposición dos tomas comunitarias de agua potable; para conseguir energía eléctrica, tienen que quebrantar la ley y colgarse de un poste cercano.
Cada familia tiene como “propiedad” un lote de ocho por 15 metros. Asimismo, de las 30 familias, 20 provienen de otras partes del país. Nicolasa Sánchez, representante del asentamiento La Guadalupana II, indicó que contrario a otras invasiones, las familias que arribaron a ese terreno habitan las casas y no sólo las utilizan como descanso.
Detalló que tienen alrededor de cuatro años en el lugar y no pierden la esperanza de que algún día el Gobierno del Estado y el Ayuntamiento les regularicen los terrenos: “aquí vivimos gente necesitada”, aseguró.
La mujer reveló que ya tuvieron un acercamiento con autoridades municipales y el Instituto de Vivienda del Estado de Yucatán (IVEY) para regularizar los lotes. Sin embargo, vino la pandemia y todo se detuvo.
Por su parte, Gladis Santos, representante de la invasión de Dzununcán, explicó que el año pasado ocuparon los terrenos cerca de una hectárea donde viven unas 40 familias; la mujer compartió que la mayoría son madres solteras y jóvenes.
Aseguró que, hasta el momento, han recibido la visita de varios candidatos, quienes se comprometieron a estudiar su caso. Tan sólo en esta colonia ubicada en el Sur de Mérida, luego del Anillo Periférico, existen tres invasiones, las cuales carecen de todo tipo de servicios.
Como dimos a conocer en la edición del día de ayer, el Instituto de Vivienda del Estado de Yucatán aseguró que en lo que va de la presente administración no han regularizado ningún asentamiento irregular. Asimismo, no tiene datos de la extensión de lotes invadidos. Sin embargo, dijeron que tienen 900 lotes que están en vías de regularización.