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Yucatán

Acusan a Kekén de "pagos miserables" en Kanachén, Yucatán

“Tú trabajas por tu sueldo y si te sacan, no puedes pelear", expuso el comisario William Paul Cajúm
Un exjornalero aseguró que no podían ausentarse ni para acudir al consultorio.
Un exjornalero aseguró que no podían ausentarse ni para acudir al consultorio. / Víctor Gijón

En los últimos años, la producción de carne de cerdo a cargo de Grupo Porcícola Mexicano, mejor conocido como Kekén, no ha dejado de crecer en el estado, esto debido a que ha encontrado mano de obra barata proveniente de los habitantes de las comunidades cercanas a las megagranjas de cerdos, a quienes les paga sueldos miserables.

Un ejemplo de esto es lo que sucede en Kanachén, perteneciente al municipio de Maxcanú, donde el comisario William Paul Cajúm refirió que únicamente unas cuatro personas trabajan en la granja “Gary 7”, la cual está ubicada a menos de un kilómetro de esta localidad. Añadió que ese lugar es una aparcería de Kekén y en donde presuntamente se registraba explotación laboral.

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Paul Cajúm explicó que anteriormente unas 15 personas trabajaban en dicho criadero, pero ese número redujo porque la empresa empezó a despedir gente sin brindar la liquidación que les correspondía.

“Tú trabajas por tu sueldo y si te sacan, no puedes pelear. Allá no hay nada, no hay antigüedad”, comentó el entrevistado.

El comisario mencionó que el tema del empleo en esos lugares se ha vuelto una mafia, ya que un contratista es el que maneja el dinero.

 “Si a ti ya te dieron de baja y no te han pagado, tu dinero sí llega, pero el encargado se queda con tu paga”, comentó Paul Cajúm, quien aseguró que los trabajadores no firman contrato.

En ese tenor, indicó que los sueldos que percibía la gente que trabajaba en la granja “Gary 7” era de mil 200 pesos semanales, cantidad que, a veces, es suficiente para la gente de este poblado. Sin embargo, añadió, al no haber un contrato laboral entre trabajador y empresa, la gente que laboró o sigue allá, en realidad no existe.

Trabajo esclavizador 

Y es que, además de un sueldo miserable, la gente de Kanachén que trabajó en la mencionada granja sufrió explotación laboral. Así lo reveló un hombre que habló en el anonimato por miedo a represalias.

El entrevistado comentó que, a veces, no veía a su esposa porque estaba criando a los cerdos, incluso, aseguró que a veces lo llamaban para trabajar de noche.

“Yo le decía que no valía la pena trabajar por lo (poco) que le pagaban”, comentó la esposa del exempleado, quien además confirmó que su marido a veces laboraba por más de 12 horas.

“A veces pasaban tres o cuatro días y yo no lo veía. Incluso sólo venía a comer o se bañaba y se iba de nuevo”, explicó la mujer, quien agregó que el trabajo era matado.

Un exjornalero, quien solicitó también el anonimato, relató que sólo iba a realizar tareas de desyerbo y que su pago semanal era el mismo de mil 200 pesos.

Aseguró que no sólo chapeaba, sino que también hacía otras tareas, las cuales estaban vinculadas con la engorda de los cerdos, sobre todo cuando un granjero no asistía.

“Nos requete aprovechaban porque a veces no iba uno que lava las granjas y nos metían a nosotros. Yo a veces me peleaba con ellos porque no me daban el mismo sueldo que ellos”, explicó.

El hombre aseguró que, mientras a algunos trabajadores sí les daban prestaciones, a ellos no y, aunque reclamaba, el encargado siempre le respondía: “acá se hará lo que yo diga. Si no está muy grande el portón para que salgas”.

El exobrero agregó que no podían ir a un consultorio médico, porque si se ausentaban más de dos horas, eran amenazados con descontarles el día.

“Los días festivos no nos lo pagaban. Si nosotros lo descansábamos por decisión propia, nos descontaban doble”, sostuvo el extrabajador, quien además puntualizó que también se encargaba de criar los cerdos.

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JG

 

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