Aunque ya está en vigor el Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el cual busca proteger los derechos de los trabajadores domésticos, Raquel Aguilera, presidenta de Jade Propuestas Sociales y Alternativas al Desarrollo A.C., consideró que falta mucho trabajo por hacer en el Estado para que este sector pueda ser valorado, ya que hasta el momento hay menos de mil empleadas inscritas ante el Seguro Social.
Indicó que, hasta abril pasado, en Yucatán estaban registradas 449 mujeres para el programa piloto de trabajadores del hogar del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Sin embargo, esta cifra descendió a 445 durante mayo, número que dista del objetivo principal del Convenio del OIT, que es promover el trabajo decente con este grupo.
Por lo anterior, mencionó que, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en Yucatán se considera que hay más de 40 mil trabajadores domésticos. Dicha cifra, señaló, es tomada con reserva, sobre todo porque un mismo empleado puede laborar en una o varias casas diferentes.
“Si estamos hablando de 40 mil, nosotros tenemos el dato de que hay 445 mujeres y 335 hombres inscritos. Entonces vemos que hay un margen amplio de diferencia”, explicó la entrevistada.
Encuesta
Además, señaló que realizó una encuesta a poco más de 500 mujeres trabajadoras, quienes se animaron a compartir sus experiencias durante la pandemia. Señaló que en el ejercicio, varias de las entrevistadas señalaron que fueron despedidas, lo que les provocó afectaciones económicas.
Por otro lado, mencionó que algunas trabajadoras manifestaron que fueron discriminadas, debido a que en los lugares donde trabajaban, se pensaba que eran las fuentes de contagio por venir de fuera; mientras que otras dijeron que fueron víctimas de violencia verbal por parte de los patrones.
Revalorizar la labor
Puntualizó que el trabajo doméstico no se valora, pese a que es un empleo como cualquier otro que requiere sus especificaciones, aunque la gran diferencia de éste con otros, es que su centro de labor son las casas. Motivo por el cual, manifestó, se debe revalorizar ante la sociedad, sobre todo para que se deje de minimizar o discriminar a estas mujeres.
Con respecto al tema del trabajo decente, indicó que eso significa que el empleado doméstico tenga un salario digno, jornadas laborales como marca la Ley Federal del Trabajo, que cuente con un día de descanso, así como seguridad social y aguinaldo. Sin embargo, consideró que en la Entidad, la cantidad de personas que están registradas y que podrían recibir dichos beneficios, es bajo.
“A nivel local vemos muy distante la realidad de un convenio internacional. Todavía faltan muchas acciones para que se aterrice el objetivo”, comentó la entrevistada, quien opinó que la falta de profesionalización de este trabajo se debe al desconocimiento tanto del patrón como la empleada de que estas últimas pueden acceder a la seguridad social.
“Existen muchos mitos entre las trabajadoras y se expresan con comentarios como: ‘no es posible, porque yo trabajo en casa’, ‘eso es solo cuando laboras para empresas’. Este tipo de pensamientos son los que hay que derrumbar”, comentó Raquel Aguilera.
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JG