En la capital del estado cada uno de los más de 995 mil habitantes genera un kilogramo de basura al día, la cual ha ido en aumento con el paso de los años, debido a que hay un consumo de productos en los que se usan PET, unicel, envases de cartón encerado, hule, aluminio y vidrio.
Así lo revela el Atlas de Riesgos del Municipio de Mérida. Escenarios futuros ante el cambio climático, al señalar que a diario cada habitante de esta urbe genera un kilo de residuos sólidos, lo que se traduce en 995 toneladas cada 24 horas que deben ser depositadas en rellenos sanitarios en los que, poco a poco, se va acabando la disponibilidad.
El consumo de productos urbanos ha ocasionado que en el lapso de 20 años subiera más del 17 por ciento la generación de desechos sólidos por habitante en la capital del estado.
En el año 2000, cada meridano generaba un promedio de 850 gramos de basura al día, pero en 20 años éste subió a un kilogramo, lo que equivale a 17.6 por ciento más residuos sólidos urbanos por día por persona, los cuales empiezan a generar problemas en la recolección, debido a que se saturan las casas y terminan por abandonarlos en lotes baldíos e incluso en la vía pública.
El Programa Estatal para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos de 2012 señala que entre 1950 y 1960, la población de Mérida generaba un promedio de 300 gramos de desechos sólidos al día, lo cual muestra que con el paso de los años los capitalinos empezaron a consumir productos en los que terminan generando más basura, ya que utilizan materiales como cartón, papel, fierro, fibras sintéticas, unicel, aluminio, vidrio y poliuretano.
Es por ello que, en la actualidad, cada habitante genera un kilo de basura a diario, del cual menos de la tercera parte se reutiliza, debido a que no existe cultura del reciclaje en la capital de Yucatán.
De hecho, los habitantes de Mérida son los que más generan desechos sólidos al día en comparación con la población de otros municipios conurbados de la Zona Metropolitana de Mérida y de la entidad.
El Atlas de Riesgos de Mérida revela que en Abalá cada habitante genera un promedio de 780 gramos al día, mientras que en Acanceh, cada persona también produce 780 gramos de desperdicios al día.
Pero en los municipios de Chochola, Conkal, Muna y Kinchil, la generación de basura per cápita es de 680 gramos en promedio cada 24 horas, mientras que en Motul se generan 640 gramos al día y 520 gramos en Mocochá.
En otros municipios, la generación de basura per cápita oscila entre los 500 y 800 gramos al día. Por ejemplo, en Kanasín cada habitante genera 805 gramos de desechos sólidos cada día y en Tizimín cada persona desecha al día un promedio de 605 gramos.
Pero hay otros municipios donde sus habitantes no rebasan los 500 gramos de basura al día, como Ticul, donde cada persona genera un promedio de 325 gramos cada 24 horas, en tanto que en Progreso desechan 417 gramos, y en Oxkutzcab desechan un promedio de 487 gramos.
A pesar de que hay otros municipios en los que no se alcanzan los 600 gramos de basura al día, están cerca de llegar a dicho volumen, pues en Izamal un habitante desecha 568 gramos al día, en Umán generan un promedio de 585 gramos por día, en Valladolid generan un promedio de 515 gramos cada 24 horas y en Peto generan alrededor de 505 gramos cada 24 horas.
Ante este aumento de basura, desde el año 2012 el estado de Yucatán ha tenido que ir buscando dónde ubicar rellenos sanitarios y tiraderos a cielo abierto, de modo que actualmente cuenta con 86 sitios de disposición final de residuos sólidos clasificados acorde a su capacidad. Solo existe un relleno sanitario con una capacidad mayor a 100 toneladas por día y está ubicado en el municipio de Mérida.
Los rellenos sanitarios que tienen una capacidad de 10 a 50 toneladas por día se ubican en los municipios de Umán, Kanasín, Progreso, Motul, Izamal, Oxkutzcab, Valladolid y Tizimín.
Pero más allá de la cantidad de residuos sólidos que genera la población, el problema es que no existe una cultura del reciclaje, por lo que no hay separación de desechos orgánicos e inorgánicos, a fin de aprovechar los que son reutilizables y los que sirven para hacer composta, pues al mezclarlos disminuye el porcentaje de residuos que se pueden reciclar, lo cual ocurre tanto en Mérida como en los municipios conurbados.
“Se estima que para el 2050 habrá un impacto negativo por la generación de residuos sólidos sobre el acuífero que abastece a Mérida, lo que ocasionará que la disponibilidad de agua no contaminada será restringida, además de la afectación a nivel de cuencas hídricas con un estrés por efecto del cambio climático”, advierte el Atlas de Riesgos de Mérida.
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Por ello, el documento alerta que el agotamiento de los mantos acuíferos podría ser la mayor amenaza para el abastecimiento agrícola y urbano en diversas regiones del estado.
GH