La difícil situación económica que se vive en la actualidad como consecuencia del COVID-19, ha afectado a varios sectores de la población, incluso a los médicos tradicionales, quienes indican que ya no están teniendo consultas como de antes de la pandemia, por lo que cada vez son menos las personas que recurren a ellos.
Por la mañana, el médico tradicional indígena Amado Herrera, quien se encontraba entregando volantes a los conductores que hacían espera en el semáforo, señaló que algunas personas mostraban su falta de educación al tirar al pavimento los volantes proporcionados por él, en los cuales publicitaba sus servicios. En entrevista con el médico tradicional, Amado Herrera comentó: “las nuevas generaciones ya definitivamente han dejado de tomar en cuenta a los médicos tradicionales como una buena opción para aliviar malestares. Desde que empezó la pandemia del COVID-19, las personas que frecuentaban el consultorio en busca de tratamiento lo dejaron de ver como una alternativa”.
El médico tradicional expresó que se ha dedicado por más de 30 años a esta labor, por medio de la cual ha atendido a personas con piedras en los riñones, malestar en la vesícula, alergias, dolores musculares y enfermedades crónicas. “El aprendizaje lo empecé a obtener por medio de mis padres, pero conforme fue pasando el tiempo, el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) nos empezó a reforzar estos conocimientos con apoyos en talleres acerca de la herbolaria y se formó la asociación de médicos tradicionales indígenas, conformada por alrededor 50 personas que practican esta técnica para aliviar a las personas”, señaló.
“Al día de hoy somos alrededor de 15 personas que aún practicamos esta labor, es mucho. Algunos murieron y no dejaron algún sucesor. Existen otros que, al ver la falta de trabajo, simplemente dejaron de llevar a cabo esta práctica”, indicó Amado Herrera.
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El ciudadano informó que las nuevas generaciones del municipio han dejado en el olvido la opción de medicina tradicional como una profesión, y se tiene una mala imagen de las personas que se dedican a esta práctica, clasificándolos como “brujos”. Amado Herrera comentó: “esta imagen errada se debe a la falta de valores y educación por parte de los padres, ya que no enseñan costumbres y tradiciones a sus hijos. Ahora, con el uso de las tecnologías, todo lo quieren modernizar”.
GH