Comerciantes, restauranteros, hoteleros y los trabajadores del sector turístico de Celestún están atentos a todas las informaciones del sector salud, para poder continuar con el trabajo del que dependen económicamente, afirma José Antonio Chan, conocido lanchero de este puerto.
Recordó que en el año 2020, con el inicio de la pandemia por el COVID-19, el puerto fue uno de los pueblos afectados, con pérdidas que ocasionó el aislamiento social y el cierre de las actividades comerciales, destacando que la población de Celestún, depende económicamente de las actividades, comerciales, los servicios de restaurantes, hoteles y desde luego el turismo.
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Comenta el informante: “desde joven me dedico a los viajes por el manglar llevando a los turistas que nos visitan, que desean de un paseo por la naturaleza de esta comunidad, en puntos como isla pájaros, el ojo de agua, y los manglares con el avistamiento de las aves como el flamingo, entre otras que habitan en esta región”.
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Agregó que en el año 2020, los comerciantes, hoteleros, restauranteros, el sector turístico, pasaron una fuerte crisis a consecuencia del cierre total de las actividades económicas.
“El temor por los contagios del ómicron, no solamente es por la cuestión de salud, ya que hemos escuchado de las autoridades que es muy contagioso. Lo que nos está preocupando es que precisamente por el número de contagios, se saturen los hospitales y a consecuencia de esto, las autoridades ordenen el cierre de actividades comerciales, lo que sería caer de nuevo a lo sucedido en el año 2020”.
“Sabemos que la salud es muy importante, que debemos cuidarla comenzando con nosotros mismos y nuestra familia, pero la verdad es que si no trabajamos no tenemos para el alimento de la familia y esto también es muy preocupante, por ahora estamos laborando en lo que se pueda, ya que hemos notado una baja de llegada de visitantes y puede ser parte del temor que tiene la gente de contagiarse de la enfermedad y están evitando salir de casa”.
Celestún es netamente un pueblo que depende económicamente de las actividades turísticas, desde el consumo en los restaurantes hasta la ocupación hotelera, por lo que en el caso de la disminución de la llegada de visitantes al puerto estos comercios también se ven con poca clientela y eso significa perdidas en estas actividades, que dan sustento a muchas familias de la localidad, comenzando con el dueño de los restaurantes, las cocineras, los meseros y otros empleados de mantenimiento. La actividad económica es una cadena que, si se rompe, son muchos los que salen perjudicados.
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CC