En el marco de un Día Sin Alcohol, las bebidas embriagantes se han convertido en la droga lícita más consumida por la juventud yucateca, pues el 50 por ciento reconoce que ha bebido.
Este alto porcentaje es incluso mayor al del consumo de otra droga lícita y popular: el tabaco, pues en este caso el porcentaje de quienes la han probado es de 25 por ciento, es decir, uno de cada cuatro.
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Afortunadamente, el consumo de alcohol se ha vuelto más moderado en la entidad, revelan los datos sobre Intoxicación Aguda por Alcohol (IAA), pues del primer lugar que mantuvo durante nueve años bajó hasta el sitio 23 del ranking nacional. Aunque, cabe señalar que, antes, estuvo en el lugar 29.
De acuerdo con el estudio “Factores de riesgo y de protección asociados a la conducta delictiva y el uso problemático de sustancias en juventudes de Yucatán”, el 50.5 por ciento de los jóvenes encuestados reconoció haber consumido cerveza u alguna otra bebida alcohólica.
El tabaco fue la segunda sustancia con mayor consumo, según lo reveló el 24.7 de los entrevistados, y, en tercer lugar, la marihuana, con el 16.1 por ciento. En menor medida están los estimulantes, como éxtasis, tachas, cristal, etc, con el 5.8 por ciento; seguidos de los alucinógenos, como hongos, peyote, entre otros, el 3.4 por ciento, y los inhalantes, como el cemento plástico, el tíner y otros, con el 1.5 porcentual.
La muestra estuvo compuesta por un total de 590 personas de 14 a 29 años que residen en el Estado, con un promedio de edad de 19.92 años.
En la investigación elaborada en septiembre de 2021, por personal del Centro Estatal de Prevención del Delito y Participación Ciudadana del Estado de Yucatán (Cepredey), se analizaron las principales sustancias que han consumido, al menos una vez en la vida, tanto drogas legales como ilícitas.
Asimismo, el propósito del estudio fue analizar la relación entre el consumo problemático de sustancias y las conductas antisociales y delictivas, así como los factores de riesgo y de protección asociados a ellos, entre personas jóvenes de Yucatán.
Los resultados muestran que existe una relación significativa entre el consumo problemático de sustancias y la realización de conductas antisociales y delictivas. Es decir, las personas jóvenes identificadas con consumo problemático tienen cuatro veces más posibilidades de cometer un delito que aquellas con consumo no problemático.
Las conductas delictivas o antisociales que se asociaron de forma más importante con el consumo problemático de sustancias fueron el ejercer violencia física contra personas menores de edad, pareja o familiares, el maltrato animal y golpear a alguien hasta dañarle.
Los factores de riesgo asociados a situaciones no modificables que tienen en común el consumo de sustancias y el cometer conductas antisociales o delictivas, son el ser hombre, tener una mayor edad, haber vivido solo en la adolescencia y antecedentes de consumo en la familia.
Afortunadamente, el consumo excesivo de alcohol va a la baja, y en este año podría establecerse el récord de menor incidencia de atención a personas con IAA en 11 años, pues hay una disminución de cerca del 40 por ciento con respecto la mínima cifra anual, de acuerdo con datos de la Secretaría de Salud.
Yucatán se encuentra entre las 10 entidades con tasa mínima de incidencia, la cifra más baja en poco más de una década.
De 2012 a 2020, el Estado ocupó el primer lugar de mayor incidencia, sin embargo, a finales de mayo de este año se posicionó en el peldaño 29 de la tabla nacional, y a partir de hoy está en la posición 23.
El notable descenso coincidió con la presencia del COVID-19 en México, y a pesar de que ya hay un mayor control de la pandemia, el problema del alcohol se mantiene bajo.
La coordinadora auxiliar de Atención Médica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Yucatán, Gabriela Canché Briceño, advirtió que “la ingesta de alcohol puede significar un riesgo para la salud y hasta la vida; ya que afecta prácticamente todos los órganos y sistemas del cuerpo; pues desde el momento en el que se bebe, causa irritación en boca, esófago e intestinos”.
Explicó que los bebedores consuetudinarios también están expuestos a presentar intoxicación por alcohol, que se caracteriza por ser una perturbación del comportamiento o la función mental, se identifica porque la persona se muestra desinhibida, eufórica, mareada y con una respiración rápida.
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JG