Desde hace dos semanas han comenzado a proliferar por diferentes puntos de la ciudad las llamadas Chapitas, mujeres de San Juan Chamula, Chiapas, que cargan a bebés en su regazo para pedir dinero en los cruces de las principales avenidas; así como a niños y niñas de esa Entidad, entre 10 a 15 años, con una franela limpiando espejos retrovisores de los vehículos, haciendo malabares para que les den una moneda o pidiendo unas monedas a cambio de un mazapán.
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En pandemia
Durante la pandemia, por las restricciones desaparecieron estas personas de las calles de Mérida, de quienes ya se ha comprobado que son víctimas de explotación laboral, abusos sexuales y trata de personas; sin embargo, han vuelto a aparecer ante la “vista gorda” de las autoridades que poco han hecho para frenar este problema social.
La directora del DIF municipal, Silvia Sarti González, reconoció que tienen conocimiento del ambulantaje de las personas oriundas de Chiapas, en especial del uso de menores de edad y bebés que se ponen en el regazo para pedir dinero a los conductores en los cruces de las diferentes avenidas del Norte de la ciudad.
Pero señaló que como DIF municipal no tienen potestad ni autoridad en cuestiones legales o para retirarlas de las calles. “Lo único que podemos hacer es denunciarlas a las autoridades correspondientes; de hecho, el año pasado hicimos un trabajo social de investigación, en el que las entrevistamos y visitamos para conocer su situación real, y lo denunciamos ante la Codhey, el DIF estatal y la Prodennay; prometieron que íbamos a trabajar de la mano para poder hacer algo, pero como DIF municipal no tenemos injerencia en esas cosas”, comentó.
Las Chapitas, sus maridos y sus hijos viven hacinados en cuartos que constantemente cambian de ubicación para no ser detectados, no tienen servicio médico y tampoco reciben educación los menores. Por si fuera poco, son explotados por paisanos suyos o por yucatecos que han creado una mafia en torno a estos llamados Chapitas.
Se intentó entrevistar a varias Chapitas, así como a sus hijas, pero al ver que les tomaban la foto movieron la cabeza como si negaran algo, pusieron rostro de miedo, miraron a su entorno, dieron media vuelta y se alejaron a paso rápido.
La primera denuncia contra estos grupos data de 2013, cuando el entonces presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Yucatán (Codhey), Jorge Victoria Maldonado, presentó ante el Ministerio Público del fuero común de la Fiscalía General del Estado (FGE), una denuncia por presunta trata, en perjuicio de los indígenas chiapanecos que son obligados a trabajar en las calles de la ciudad.
Agregó que, con base a los datos recabados por la Codhey, sí había presunción de trata de personas y de que los chiapanecos eran explotados.
Dijo que se documentó la denuncia ministerial con una investigación realizada por el Centro de Supervisión Permanente a Organismos Públicos, dependiente del organismo defensor de derechos humanos y que 10 de las mujeres entrevistadas como parte del diagnóstico indicaron que trabajaban más de 10 horas al día.
Prohibición
En ese entonces, el también alcalde Renán Barrera Concha, solo se limitó a señalar que estaba prohibido que vendieran sus productos en la Plaza Grande, pero no así en los alrededores y en otros sitios, por lo que se veía a las Chapitas vendiendo ropa y dulces en los parques de la Madre, Santa Lucía, Santana, en el cruce de la 60 con 59, 55 y 47. El alcalde recalcó que a pesar de que había muchos niños chiapanecos trabajando en la calle, el Ayuntamiento no tenía conocimiento ni denuncia de explotación laboral y trata, por lo que no le competía actuar.
Seis años después, el 30 de enero de 2019, por la madrugada, las autoridades realizaron un operativo que dio como resultado la detención de una pareja de origen chiapaneco, también se llevaron al Centro de Atención Integral al Menor en Desamparo (Caimede) a cuatro menores.
El hombre detenido denunció que era explotado laboralmente, pero los agentes policíacos no levantaron la hoja de entrevista, por lo que no hubo una denuncia, pero aun así la Fiscalía presentó a los dos detenidos ante la juez 1o. de Control por los delitos de trata de personas y explotación laboral.
La juez consideró que no había suficientes elementos para imputarles los delitos y decretó dejarlos en libertad.
A raíz de la pandemia, las Chapitas casi desaparecieron, pero ahora, con motivo de las Navidades y ante la “vista gorda” de las autoridades, vuelven a aparecer por diferentes puntos de la ciudad.
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AA