A dos años de suspenderse por motivo de la pandemia, el Comité del Gremio de la Alborada se reunió para analizar la posibilidad de realizar de una forma distinta el evento religioso cultural, desarrollado en honor al Santo Cristo de la Transfiguración, “Señor de Chumayel”.
Dicha celebración representativa del municipio, efectuado tradicionalmente cada 23 de abril, es un festejo anual de devoción, cultura y algarabía por excelencia que reúne a cientos de personas de todas las edades y provenientes de todas las latitudes.
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A dos meses del tan esperado festejo, la familia Ek Farfán anfitriones para este 2022, sostuvieron una reunión en su hogar este pasado fin de semana con los socios que encabezan la lista de organización para los próximos años.
Yadira Farfán Novelo, compartió que, en la primera reunión, se abordaron acuerdos generales sobre la forma en cómo se celebrará la Alborada, enfatizando que, en días posteriores, se convocará a otra plática para establecer el desarrollo e ir definiendo los aspectos del festejo.
“Nos falta confirmar y definir muchas cosas, en la primera reunión se tomaron acuerdos generales, pero hace falta delimitar bien el cronograma de actividades a realizarse del 20 al 24 de abril. La propuesta es que se haga de forma simbólica para evitar la aglomeración”, indicó.
La anfitriona externó que, por la proximidad del evento, los lugareños se han acercado a ella para saber si este año se celebrará la alborada como tradicionalmente se efectuada antes de la pandemia; “la moneda está lanzada al aire y de aquí a un mes pueden pasar muchas cosas, por eso aún no podemos asegurar nada”, refirió.
En lo que respecta a este 2022, Farfán Novelo enfatizó que el 23 de abril “caerá” en sábado, lo que propiciará la llegada de mucha gente que será imposible controlar, tomando en cuenta que dicha actividad no se efectúa desde hace dos años.
“Estamos pensando bien lo que vamos a realizar, ya que es una gran responsabilidad, es una decisión muy complicada. La celebración de la alborada está sujeta a las condiciones que se vayan presentando en estos días, desde luego, con sus respectivas modificaciones”.
La mujer adelantó que, de realizarse las actividades correspondientes al 23 de abril no se harán como se acostumbra. Por motivo de la pandemia y a fin de evitar la aglomeración, no habrá el tradicional recorrido de casi ocho horas para recolectar casa por casa las más de 70 cabezas de cochino que representan las promesas de las familias católicas.
“Ese día, a las personas que acostumbran ofrendar su promesa, se les invitará a registrarse para escuchar misa y llevar su promesa a la iglesia, donde se acondicionará un espacio especial para que se coloquen todas las cabezas de cochino”.
Tras haber participado en la misa, el sacerdote dará la bendición a las promesas de fe y posteriormente, todas las familias tendrán la oportunidad de bailar la cabeza de cochino de forma simultánea en la iglesia y finalmente cada uno se retirará a su hogar.
“Esa sería la alborada para este año. No habrá recolecta de la cabeza de cochino, no podemos cargar con ese paquete muy grande, es mucha responsabilidad sobre todo por la gran cantidad de gente que llega cada año”, acotó Farfán Novelo.
Entre las propuestas para este año para evitar convocar a mucha gente, está la transmisión en tiempo real a través de Facebook, de las actividades que se efectuarían de forma simbólica; “Con esto, evitamos la aglomeración y las personas pueden verlo desde sus hogares”, refirió.
Ese fin de semana, la familia anfitriona y las otras que están en la lista de espera para los siguientes años, tendrá otra reunión para ir definiendo aspectos de los festejos religiosos. “No es que no queramos que la gente venga, esta cuestión es de: te cuido y me cuidas, hay que ser responsables con esta decisión que estamos tomando”, culminó.
El año pasado, la familia Ek Farfán participó en una misa de acción de gracias por motivo del gremio de la alborada, para cumplir con el aspecto religioso. Al término de la misa, se ofreció una vaquería en el atrio de la iglesia con acceso restringido.
Esa ocasión, las familias de la comunidad, de forma espontánea acudieron a la entrada de iglesia para presentar su promesa (cabeza de cochino) y ejecutar algunas alegres jaranas para luego retornar a sus hogares.
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CC