Yucatán

En 58 años, han desaparecido 553 personas en Yucatán

Yucatán lleva un acumulado de 553, Quintana Roo 490, Campeche 63, Tabasco 205, Chiapas 525 y Oaxaca 375.
Se han realizado muchas manifestaciones exigiendo que aparezcan los que no están. / Por Esto!

La idea de que en Yucatán no pasa nada es un mito. Hace 36 años, un yate con nueve personas a bordo desapareció misteriosamente frente a las costas de Progreso, y hace 17 años, un menor de edad que caminaba junto a su abuelo en los montes de Tetiz, súbitamente nadie lo volvió a ver, a pesar de una intensa búsqueda organizada por la policía y la gente del pueblo.

Pero esas ausencias son apenas esbozos de un largo historial de 553 personas que nunca regresaron a sus casas, que nadie los volvió a ver en los últimos 58 años, sembrando el luto en los corazones de sus familias y en algunas quizá aún siga prendida la vela de la esperanza.

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De acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDN) de la Secretaría de Gobernación, Yucatán es líder en el Sureste en número de desaparecidos y no localizados, con base en información acumulada del 15 de marzo de 1964 a las 12:45 horas del 3 de febrero del 2022.

Los números no mienten: Yucatán lleva un acumulado de 553, Quintana Roo 490, Campeche 63, Tabasco 205, Chiapas 525 y Oaxaca 375.

Aun así, Yucatán parece una entidad tranquila, ocupa los primeros lugares en percepción de seguridad, del que presumen las autoridades desde hace más de una década.

La Secretaría de Gobernación no destina recursos para operativos de búsqueda, al menos en el Estado. Los datos oficiales indican entre el 2019 y el 2021, los números en las gráficas de “recursos federales para búsquedas” están en ceros, mientras que Quintana Roo, el año pasado, recibió 18 millones 83 mil 397 pesos con 80 centavos y Campeche 9 millones 999 mil 996 pesos.

En los reportes del 2021 de la misma dependencia federal, sólo se reportan 27 operativos de búsqueda en el municipio de Solidaridad, Quintana Roo.

Las 553 personas desaparecidas oficialmente en la entidad no tienen nombre, nunca se citan en las estadísticas, sólo aparecen como números y como no aparecen con nombres y apellidos, tampoco pueden ubicarse en el portal web de “Data Cívica” bajo el rubro de personas desaparecidas, que hasta el último corte de ayer había registrado 333,125 reportes de desapariciones, la mayoría con nombres, pero sin rostros.

En Yucatán hay icónicos hechos que fueron motivo de intensas búsquedas y de titulares en los medios informativos. Ahí está el caso del yate High Baall IV, desaparecido con toda la gente a bordo, en septiembre de 1986, que movilizó en su búsqueda a la Armada Nacional, a helicópteros, yates particulares y voluntarios que se sumaron a esta tarea.

La mayoría de los desaparecidos eran directivos del club rotarios: Rafael Cervera Ortiz, propietario de la embarcación; Rafael Cervera Pérez (sobrino); Iván Rosado Núñez y Francisco Góngora Vela, presidente saliente y electo del Club Rotario de Mérida, respectivamente; Ángel García Portillo Contreras (presidente del Club Rotario Montejo), Alonzo Hernández Cabrera (Vicepresidente), Raúl Domínguez Ávila, director de la Academia Marden, famosa en esa época en la capital yucateca, y el marinero Ángel  Pérez Espadas.

Muchas teorías se formularon en torno a la desaparición, pues nadie halló vestigios en el punto “3.30”, donde se supone que iban a pescar: que se incendió y se desintegró por el fuego que partió del cuarto de máquinas, que fueron secuestrados por narcotraficantes y llevados hasta Campeche donde los cuerpos y la nave fueron desaparecidos por completo, que las corrientes los arrastraron hasta Cuba donde Fidel Castro los hizo rehenes en prisión bajo los cargos de espías americanos, etc, etc.

Los aluxes se lo llevaron

En el 2005, Alejandro de Jesús Koyoc Cuytún, de 10 años de edad, desapareció súbitamente. El niño, junto con su hermano menor, caminaba detrás de su abuelo en el monte de Tetiz.

El jovencito acompañaba a su abuelo para ayudarlo en las tareas de limpieza de la milpa. Según se dijo después, sólo lo perdió de vista durante 20 minutos. Nadie lo volvió a ver.

Don Laureano Chel Ceballos, brujo maya de la comunidad, dijo tajante: “Se lo llevaron los duendes mayas”.

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JG