Los servicios del Centro de Integración Juvenil aumentaron 60 por ciento en este 2022, al atender un promedio de 30 pacientes nuevos al mes por consumo de drogas, entre ellos niños con apenas 10 años de edad, señaló Víctor Román Roa Muñoz, director del CIJ en Yucatán.
El especialista recordó que durante la pandemia solo tenían de 8 a 10 casos nuevos al mes, “porque había mucho miedo e incertidumbre de salir”, pero ahora el número se elevó de 30 a 40 casos mensuales.
Recordó que, por las sustancias que se consumen, en la entidad las adicciones las lidera el alcohol, que desplazó al segundo lugar a la mariguana, que hasta el 2018 era la que tenía mayor porcentaje de consumo.
“Lo que sí se ha visto con mucha preocupación es el incremento exponencialmente del consumo de cristal”, explicó el director. Detalló que, en 2020, el 40 por ciento de los pacientes consumían cristal, y en 2021 el porcentaje se incrementó a un 58 por ciento.
Otro aspecto negativo que destacó Roa Muñoz es que la “población objetivo” tiene cada vez una edad más temprana: desde los 10 años de edad; en el “tope”, llega a los 85, aunque los adolescentes jóvenes de 10 a 19 años de edad representan el 60 por ciento de quienes se inician en el consumo de drogas.
Debido a esto, el CIJ tiene a este rango de edad como una población prioritaria y se enfoca en un programa preventivo permanente. En el caso de los ancianos se ha registrado un consumo fuerte de alcohol y de medicamentos controlados.
Asimismo, se ha visto una “paridad” en el consumo de drogas entre el hombre y la mujer, cuando antes la proporción era mayor entre los varones.
Afirmó que anualmente el CIJ atiende cerca de 800 nuevos casos y de familiares al menos a mil 200 personas, que son los parientes de los consumidores que muchas veces solamente viene la familia sin el sujeto que está consumiendo.
El entrevistado indicó que es importante que los adictos se den cuenta de que necesitan ayuda cuando empiezan a perder el control. Enlistó cuatro señales para ver cuando una persona tiene problemas con su forma de beber o de cualquier consumo: el daño a la salud física, la pérdida de control, la obsesión y las consecuencias negativas que tiene que ver con las relaciones interpersonales como la afectación a la economía, la escuela o el trabajo y la negación.
Por otro lado, Roa Muñoz señaló que el CIJ ha tenido que ampliar sus servicios, ya que a raíz del encierro por la pandemia se incrementaron los cuadros de ansiedad y depresión, de los que atienden de 30 a 40 casos por mes, la mayoría “acompañados” de uso de drogas.
También está atendiendo violencia en la pareja y familia, riesgos suicidas, en un primer nivel y si se requiere algo más especializado se canalizan.
Roa Muñoz recordó que el CIJ abrió en Mérida en 1974 y que, desde 2014, cuenta con una unidad en el Periférico, y a pesar de ser una Asociación Civil incorporada al Sector Salud y recibir un subsidio del Gobierno Federal los recortes los han afectado, lo que les ha impedido tener un incremento de plazas, a pesar del aumento de los pacientes. Tampoco han podido avanzar en la obra civil de la unidad de internamiento en el Periférico Sur.
Afirmó que, a través del patronato, que preside Laura Castro en Yucatán, se están buscando formas de financiamiento para los gastos de operación, mantenimiento y para seguir creciendo y buscando estrategias para llegar a mayor número de adolescente y jóvenes.
Esta semana, el CIJ tendrá diversas actividades: el viernes, a las 10:00 horas, se anunciará la 9ª Carrera contra las Adicciones, en las oficinas del Instituto del Deporte en el Estado de Yucatán; ese mismo día, pero a las 12:00 horas se inaugurará una exposición en el Centro Cultural Olimpo con las obras de las comunidades de trabajo; el sábado, a las 9:00 horas, en el local de la CROC en Yucatán, por el rumbo del aeropuerto, unas jornadas nacionales de prevención.
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JG