En los primeros 10 días del 2023, se ha registrado un suicidio diario, el porcentaje más alto en los últimos años; lo que alarma a los especialistas, ya que, de acuerdo a los estudios, por cada 20 personas que intentan quitarse la vida solo uno logra. Además de que va en aumento el número de mujeres, quienes cada vez utilizan técnicas más efectivas y contundentes.
La investigadora del Centro Peninsular en Humanidades y Ciencias Sociales (Cephcis) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Laura Hernández Ruiz, señaló que una de las causas que ha provocado un incremento de suicidios en las últimas dos décadas es la falta de atención institucional, ya que hay una carencia de estrategias adecuadas de prevención y articulación con los diferentes sectores de la población para la atención de la problemática.
De acuerdo con el estudio realizado, en el Hospital General Dr Agustín O’Horán, del total de ingresos por intento de autoeliminación registrado, solo el 5.7 por ciento fue consumado. Es decir, de cada 20 personas que fueron hospitalizadas debido a las lesiones que sufrieron por atentar contra su vida, solo una salió por la puerta falsa, luego de recibir el respectivo tratamiento.
En cuanto al género, resaltó que son más los hombres que se quitan la vida, sin embargo, en los últimos años hay un aumento notable en la incidencia en mujeres. De 2010 a 2020, el suicidio en hombres aumentó en ocho por ciento, mientras que, en el caso de las mujeres, el incremento es del 62 por ciento.
Incluso, las mujeres usan métodos más contundentes que antes; en el pasado, se envenenaban con medicamentos o se cortaban las venas. Sin embargo, actualmente, en el mayor número de los casos, se ahorcan, e incluso, ya utilizan armas blancas y de fuego.
Reconoció que la actividad de la mujer se ha diversificado, cada vez son más las que laboran, pero durante el período de mayor impacto de COVID-19 fueron las más afectadas, pues además de laborar en casa; tenían que atender a su hijo, los quehaceres del hogar, el estudio de los menores de edad, entre otros, lo que les provocó una mayor tensión y ansiedad.
“La pandemia provocó un aumento del estrés, la depresión y la violencia familiar, por lo que hubo un alza de suicidios”, acotó.
En cuanto al análisis del grupo etario, la Organización Mundial de la Salud (OMS) determinó que el mayor conjunto de suicidas tenía de 15 a 29 años de edad, pero en el estudio de la UNAM se observó que en el primer lugar está los de 25 a 29 años, seguido los de 30 a 34 años, y en tercer lugar, los de 20 a 24 años. Es decir, son personas en edad productiva, quienes ya tienen una independencia y ya laboran.
“Caracterizar al sujeto que cometió suicidio en Mérida, este sería un hombre entre los 25 y 29 años, que vive en zonas marginadas de la ciudad, no trabaja y tiene secundaria incompleta. En ese rango de años es posible que haya realizado el suicidio en mediados de año”, apuntó.
Hernández Ruiz reconoció que por muchos años se consideró a Xtab como la diosa maya del suicidio, sin embargo, la especialista Mercedes de la Garza, al estudiar el códice de Dresde, determinó que es la deidad de la cacería.
Añadió que, al trabajar en una comisaría meridana, los pobladores le comentaron que el suicidio es obra del diablo, del demonio, de Satán o de Satanás. “El comportamiento autodestructivo ocurre cuando el mal aprovecha un momento de vulnerabilidad de la persona, ya sea cuando está bajo la influencia del alcohol, las drogas, o un momento de tristeza, entre otros”, abundó.
Resaltó que el suicidio es un problema multifactorial, y entre los factores de riesgo están los trastornos psicológicos y personales, así como las enfermedades que provocan problemas físicos, la violencia familiar, el divorcio, la soledad, el desempleo, entre otros más.
Descartó que el calor ni el frío influyen para que una persona atente contra su vida, y lo mismo ocurre con los meses.
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CC