La administración municipal de Renán Barrera Concha no socializó el proyecto Aantik y tampoco consultó a los cuerpos colegiados de ingenieros y arquitectos, pasando por alto el Plan Estratégico de Mérida que funcionaba en los años 80 y daba aliento al desarrollo de la ciudad.
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El expresidente del Colegio de Arquitectos de Yucatán y actual integrante de la Federación Nacional de Arquitectos, Elías Cisneros Ávila, añadió que internacionalmente el concepto que prevalece en los desarrollos urbanos es la sustentabilidad, donde no hay sacrificio ni afectación para nadie, sino el “ganar, ganar”, como parte fundamental.
“Hay tanto trabajo político-electoral y no hay consulta”, resaltó. De haber existido consulta y diálogo, los vecinos en los alrededores del proyecto Aantik no hubieran tenido razones para manifestarse en defensa de su derecho a habitar una ciudad planificada y con un desarrollo adecuado.
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“Celebro que la ciudadanía se esté manifestando, aunque me preocupa que las autoridades continúen otorgando permisos de construcción sin criterios claros”, afirmó.
En entrevista desde su despacho de arquitectura “333 Luxes” en Mérida, expresó tener fe en que su colega Sordo Madaleno, autor del proyecto Aantik, pueda modificar el diseño para atender las demandas de los vecinos.
Cisneros Ávila le mostró a POR ESTO! Un render del proyecto donde se aprecia que una de las tres torres de 15 pisos, ubicada junto a la calle lateral de salida de Privada Allegra, parece no dejar mucho espacio para el peatón. “Estoy a favor de la verticalidad, siempre y cuando se base en la sustentabilidad”, agregó.
Como informamos el jueves 9 de noviembre, vecinos de Temozón Norte, Santa Gertrudis Copó y fraccionamientos aledaños al complejo La Isla “sabotearon” la presentación del proyecto, al protestar frente el evento.
Los vecinos acusaron al alcalde de Mérida con licencia, Renán Barrera Concha, de autorizar proyectos como Aantik sin considerar a los ciudadanos, lo que contribuye al caos vial y desorden de la zona. Precisaron que actualmente tardan 40 minutos en transitar de Avenida 24 al Anillo Periférico, lo que se prolongará aún más por obras de esta magnitud.
Desde la perspectiva de Cisneros Ávila, el proyecto debió socializarse con los vecinos, tal como sucede en otras partes del mundo, bajo una visión de beneficio mutuo en que los ciudadanos obtengan mejores condiciones viales y solución a sus problemas. Dijo que el traslado de 40 minutos debería ser, cuando mucho, de 15.
En otras ciudades del mundo, como Barcelona, España, es común el concepto de derecho de azotea, que permite que los edificios tengan diseños irregulares en sus niveles superiores, ocupando el espacio aéreo sobre las viviendas inferiores.
Cisneros Ávila comparó la situación de Mérida con la película “Cuando el destino nos alcanza”, aludiendo a cuando una pareja de recién casados planea su vida sin hijos por un tiempo, pero luego llegan los niños de manera inesperada y deben cancelar incluso viajes programados.
“En ese contexto, en Mérida disfrutábamos de un crecimiento bien estructurado, gracias a la colaboración entre las inmobiliarias y el gobierno. Además, contábamos con una coordinación efectiva entre los colegios, incluido el de arquitectos, y las universidades. Inicialmente, se llevaba a cabo una consulta que consolidaba estos esfuerzos colaborativos. Sin embargo, en la actualidad, hemos observado un cambio significativo, con cada entidad jalando por su lado”.
Con la creciente mudanza de personas a Mérida, la ciudad se encuentra ahora ante un destino no previamente contemplado en sus planes. Los que expresamos nuestras preocupaciones, como los vecinos de Aantik, lo hacemos motivados por un amor profundo hacia la ciudad.
Cisneros Ávila es un destacado arquitecto Iluminador, fue nominado al premio Reina Sofía de España y es custodio de la Paloma de la Paz por la Unesco.
También ha sido jurado para reconocimientos de Diseño de Iluminación nacional e internacional, Sinodal de tesis Universitarias y conferencista en varios países de América, Asia y Europa.
“Me inquieta que las autoridades continúen otorgando permisos de construcción para desarrollos sin considerar las opiniones de los ciudadanos. Sin embargo, me alegra ver que la comunidad está expresando sus opiniones. Al mismo tiempo, tengo confianza en que Sordo Madaleno pueda mejorar el proyecto, logrando así un equilibrio que tenga en cuenta los legítimos intereses de los residentes de la zona”.
En el caso de Aantik, es crucial que el proyecto establezca un diálogo efectivo con la sociedad y el entorno. Debe contemplar la sustentabilidad, dando prioridad al peatón como base de la pirámide, seguido por el scooter, la bicicleta, el autobús Va y Ven, y, finalmente, el vehículo particular.
Así, al trazar los proyectos teniendo en cuenta esa escala, se reduce significativamente su impacto y se generan beneficios para la sociedad. De esta manera, las comunidades se ven favorecidas con proyectos y servicios que les llegan de forma gratuita.
El arquitecto señaló que las autoridades ya no consultan a los colegios de profesionales desde finales de la década de los 80 y 90. “Lamentablemente, algunos individuos con motivaciones egoístas buscan beneficios económicos a corto plazo, sin considerar la importancia de la consulta. Esta falta de colaboración entre las autoridades y los profesionales se asemeja a un divorcio, y son los ciudadanos quienes sufren las consecuencias de esta falta de coordinación”.
El especialista señaló que durante casi nueve años de administración, Renán Barrera ha desaprovechado oportunidades significativas que, lamentablemente, ya no volverán. Mientras tanto, el crecimiento de la ciudad continúa sin una planificación adecuada. Hizo hincapié en el hecho de que el Plan Estratégico de Mérida de las décadas de los 80 y 90 proponía un desarrollo urbano a largo plazo con un enfoque en la continuidad. De hecho, dijo que este abandono empezó desde la administración de Angélica Araujo y de la gobernadora Ivonne Ortega.
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LV