Después de que en 2006 les negaron la Manifestación de Impacto Ambiental para cimentar Paraíso Sisal, el 2017 y la Delegación de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en Yucatán son clave en este caso, que además de un daño ecológico, de grave amenaza a la vida animal protegida, supone un fraude para los potenciales compradores de lotes en la franja costera, de gran atractivo turístico en Hunucmá.
Al repaso del actuar de los desarrolladores, los hermanos Daniel y Víctor Campos Agüero, surge la duda: ¿qué documentos presentaron en la comisaría de Sisal para asegurar que Semarnat y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente les dieron permisos para levantar el complejo?
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De acuerdo con la declaración del comisario de Sisal, Miguel Antonio Ek, los empresarios -quienes, por cierto, construyeron una barda bloqueando una calle en San Benito, municipio de Dzemul, en semanas pasadas- mostraron “los documentos” para avalar el permiso y seguir con la venta de su desarrollo inmobiliario costero; mismo que ofertan desde hace años.
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Antonio Ek justificó ante POR ESTO! (edición del 21 de febrero de 2023) que la comisaría a su cargo no es la que debe constatar que estén cumpliendo con lo establecido en la ley, sino la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales; cuyos responsables de las dependencias en la Entidad son Jesús Arcadio Lizárraga Veliz y Jaynet González Alvarado, respectivamente, quienes siguen sin dar la cara ante esta situación, pese a la solicitud de entrevistas que este medio ha hecho en distintas ocasiones.
Con las omisiones de las autoridades y las acciones de los empresarios, la duda que levantan es si estos documentos son fidedignos, pues hasta 2017, la misma Semarnat mantenía la restricción de que se construyera en la reserva natural, protegida por acuerdos estatales e internacionales por la importancia de sus manglares, dunas y hábitat de especies.
Según consta en el Comunicado del 23 de noviembre de 2017, emitido por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, en esa fecha se clausuró el desarrollo inmobiliario Paraíso Sisal por carecer de la MIA.
El documento informativo de la diligencia de aquel entonces, señala que “con base a una denuncia de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente del Estado de Yucatán”, se realizó una visita y “se detectaron actividades de lotificación de predios mediante mojoneras de PVC marcadas con pintura roja y la afectación de ejemplares de mangle blanco (Laguncularia racemosa), mangle negro (Avicennia germinans), mangle rojo (Rhizophora mangle) y mangle botoncillo (Conocarpus erectus), especies listadas en la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010, bajo la categoría de Amenazadas”.
El documento público hasta ayer 23 de febrero de 2023, establece que “durante la inspección no se exhibió la correspondiente autorización en materia de impacto ambiental, por lo que con el fin de evitar que se continúen ocasionando afectaciones al ambiente, se impuso la Clausura Total Temporal de las obras y actividades detectadas”.
Los empresarios de origen yucateco, con intereses económicos en esta Entidad y en Quintana Roo, actualmente tratan de comercializar la zona costera, pese a las características para ser protegida, lo que significa que no hay garantía alguna en la compra.
¿Cómo ser dueño del paraíso?
La pregunta que plantean los vendedores del proyecto, encabezados por los hermanos Campos Agüero, para el cliente que ingresa a su página de internet es el principal gancho comercial: ¿Cómo ser dueño del paraíso? El sueño se cumple con sólo 20 mil pesos de enganche, para poder apartar el lote con reserva de precio garantizada. Nunca aparece el total del costo del predio.
Para ellos, adueñarse del paraíso playero significó deshacerse de la fauna local y “matar” la flora endémica. Fuentes consultadas aseguran que con herbicida mataron cocodrilos y mangle, además de otras especies que poco a poco fueron desapareciendo de la zona; hoy sabemos animales en peligro de extinción o amenazados.
Legalmente, en cuestión de meses esa joya natural salió de la demarcación protegida, y entre 2017 y 2018 dejó de ser parte de la Reserva El Palmar, según documento recibido y exhibido públicamente por la Semarnat (Folio 31YU2017UD085), del cual POR ESTO!, tiene copia.
Uno de los nuevos promotores de construcción en el área (en el mismo lugar e igual nombre) que apareció para cambiar el uso de suelo y solicitar la electrificación, es nada menos que uno de los compinches en negocios de Daniel y Víctor Campos Agüero: Fernando Eugenio Barbachano Herrero, un hotelero con no menos líos legales que sus socios.
De manera casi “mágica” todo se destrabó en cuatro años, con un personaje clave más en este caso de “paraíso perdido”: Hernán José Cárdenas López, antes encargado de la Semarnat en Yucatán.
Continuará…
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CC