Jorge Carlos Escobedo Suárez se fundió ayer en fuerte abrazo con los familiares que acudieron a recibirlo al aeropuerto de Mérida. Especialmente sus padres, Augusto Escobedo y Paola Aurora Suárez, que salieron muy temprano de Oxkutzcab y esperaron más de una hora para el ansiado reencuentro.
"Después de 24 años, sólo puedo agradecer a Dios la oportunidad que me brinda de regresar a mi tierra y al pueblo donde nací", afirmó. Explicó que antes de venir a Mérida visitó el templo del Divino Niño, en Colombia, porque fue la primera promesa que hizo antes de salir de Estados Unidos, país donde estuvo cuatro días, después viajó a la Ciudad de México para visitar el santuario de la Virgen de Guadalupe, donde estuvo tres días.
Finalmente, ayer por fin pudo abrazar a sus padres, hermanas y demás familiares, en una fecha que coincide con el día y el mes que emigró a la Unión Americana, el 28 de marzo de 1999. Aclaró que es pura coincidencia, porque fue su hija quien compró los boletos y precisamente le avisó que llegaría a Mérida el 28 de marzo de 2023.
Sus vacaciones
Mencionó que gracias a sus patrones, que le dieron dos meses de vacaciones y lo ayudaron a conseguir sus documentos migratorios, puedo regresar a Yucatán de manera legal. Ahora espera pasar mes y medio para disfrutar a sus papás, que es lo primordial.
Comentó que sus padres por un tiempo se quedaron solos, porque tres de sus hermanos también migraron a Estados Unidos. Actualmente sólo permanecen dos, él y el mayor, que se fue hace más de 30 años, que por cierto debe llegar el 15 de abril a visitar a sus padres, “y Dios quiera que todos podamos convivir juntos, como cuando éramos niños” dijo.
El migrante llegó con su esposa, Zulma Bautista Pacheco, e hijo, de quien no dio su nombre, pero que ha visitado a sus abuelos en tres ocasiones. Comentó que inicialmente estuvo en Los Ángeles, California, y después se fue a San Francisco, donde reside actualmente.
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CC