Yucatán

Paraíso Sisal altera la naturaleza de la playa; Semarnat autorizó la instalación de 2 mil 400 rompeolas

Propietarios de terrenos en la zona de Paraíso Sisal instalaron rompeolas para controlar la erosión, alterando la vida marina del mar
Propietarios han “sembrado” más de 2 mil “barreras” a lo largo del litoral Norponiente en Paraíso Sisal / Martín Zetina

Tras la aprobación en el 2018 para colocar geotubos en la playa de Paraíso Sisal, a cargo de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales—cuyo encargado del despacho en Yucatán era entonces Hernán José Cárdenas López—, los propietarios de los terrenos de la zona comenzaron una “invasión” con rompeolas en el mar, en busca de frenar la erosión, para que el agua salada no se acercara a sus predios. A lo largo de cinco años, los dueños inmobiliarios han “sembrado” más de dos mil barreras en un espacio de siete kilómetros, lo que ha transformado la fisonomía y alterado la vida marina.

Pero no son solo los rompeolas los que alteran la naturaleza de Sisal. A lo largo de poco más de dos kilómetros, a partir del Pueblo Mágico de Sisal, se colocaron también más de 20 geotubos —estructuras diferentes a los rompeolas—, con una separación de cerca de 50 metros, los cuales no están incluidos en el Manifiesto de Impacto Ambiental (MIA) – Particular 726.4/UGA-0901/0002054, aprobado por la Semarnat.

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Tampoco fueron incluidos en el proyecto “Urbanización, electrificación, ampliación de camino existente y apertura de un nuevo camino de acceso para un predio formado por los tablajes catastrales: 1896, 2888, 2889, 4803 y 5565 denominados Paraíso Sisal, ubicado en el puerto de Sisal, comisaria de Hunucmá, Yucatán”, con base al MIA 31YU2017UD085. Pero ahí están, al parecer sin permisos pero inocultables.

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Decisiones encontradas

La alteración al cauce de la naturaleza fue avalada por la Semarnat, la misma dependencia del Gobierno Federal que permitió, en 2016, los cambios en los Manifiestos de Impacto Ambiental, presentados por Víctor Campos Agüero, en representación de su hermano Daniel y de dos hermanos Barbachano Herrero, para poder lotificar la zona que fue “sacada” de la Reserva Estatal de El Palmar.

La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales autorizó la instalación de dos mil 400 rompeolas en los siete kilómetros que abarca desde el puerto de abrigo de Sisal hasta Punta Piedra, esto es, todo el largo de la playa del desarrollo inmobiliario Paraíso Sisal.

En el mismo año (2018) cuando la Semarnat les dio viabilidad a los hermanos Daniel y Víctor Campos Agüero y Fernando e Isabel Barbachano Herrero para desarrollar el complejo Paraíso Sisal mediante el proyecto 31YU2018TD085 -cancelando la negativa de la misma dependencia de 2006-, les autorizó además el proyecto 31YU2018TD082 consistente en la “Rehabilitación de la playa Sisal del mar mediante rompeolas sumergidos formados con estructuras reef ball”, que también les había negado a principios de ese año.

Pero a fin de ese año, el 13 de noviembre de 2018, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales les aprobó otro MIA con la misma denominación “Rehabilitación de la playa Sisal del mar mediante rompeolas sumergidos formados con estructuras Reef Ball”, de acuerdo con el oficio de la resolución con número 726.4/UGA-0901/0002054.

Según el documento, se lee en el proyecto es “una alternativa para solucionar el problema de erosión costera que se presenta en Sisal, particularmente en la playa al Oeste de la escollera del puerto de abrigo. El rompeolas provocará una reducción en la dinámica del oleaje, permitiendo un asentamiento natural de los sedimentos en la playa y contrarrestando el efecto negativo a causa de la escollera”.

El principio básico del rompeolas sumergido es el de reducir la energía de las olas que impactan con toda su fuerza la costa y erosionan la arena acumulada en las playas. Es decir, reducen un porcentaje de la energía de las olas sin afectar las corrientes y dejando pasar los sedimentos sin afectar la dinámica de trasporte de litoral.

Sin embargo, la efectividad de geotubos y los rompeolas instalados para contrarrestar los efectos de la erosión costera es imperceptible a lo largo de la zona. En un recorrido por Paraíso Sisal se constató que el mar sigue ganando terreno, pues son numerosos los restos de arbustos que están a merced de las olas.

Para “sembrar” los dos mil 400 rompeolas en los siete kilómetros costeros, el Manifiesto de Impacto Ambiental que le fue autorizado a Víctor Campos estimó una inversión de ocho millones 68 mil 699 pesos, recurso proveniente de la iniciativa privada, y que serían instalados con una duración de 60 meses o cinco años. Esto es, de 2018 a 2023 y, si se atrasan, tienen incluso un plazo de cinco años más para cumplir con lo establecido en el MIA.

Uno de los rompeolas se construyó en las inmediaciones de la Playa Sisal del Mar I a una distancia máxima de 75 metros de la línea de playa y un arrecife artificial se ubicó a 1.5 kilómetros frente a la misma zona, el cual está compuesto con 150 estructuras “reef ball” de diversos tamaños y diseños, como estrategia para fomentar la conservación de la diversidad de flora y fauna.

Para la construcción del rompeolas sumergido se autorizó utilizar dos mil 400 estructuras de dos diseños, específicamente 400 de tipo “bay ball”, colocados a profundidad promedio de 90 centímetros, y dos mil de “pallet ball”, a 120 centímetros.

Con el proyecto se construyó un rompeolas sumergido, paralelo a la línea de costa, con la instalación de 30 módulos de 80 estructuras, divididas en seis secciones a lo largo de la playa conocida como Sisal del Mar I, que abarca desde la escollera oeste de Sisal hasta Punta Piedra, en total siete kilómetros.

Pescadores afectados

Además del cambio en el cauce del mar, los rompeolas instalados para evitar que el agua se acerque a las propiedades inmobiliarias, han causado daños a la economía de los pescadores de Sisal, quienes aseguran que desconocen los sitos en los que están sumergidas las barreras artificiales, lo que les ha llevado a golpear las estructuras y se han roto las propelas de los motores de sus lanchas.

Las estructuras “reef ball” son esferas huecas de concreto producidas para, eventualmente, ser trasladadas y colocadas en el fondo marino con diferentes propósitos.

Los diseños con que son construidas les permiten una gran cantidad de aplicaciones, tales como proveedores de sustrato para colonización de organismos bentónicos y nectónicos, fijación de manglares, ostricultura, protección de vías de comunicación, rompeolas sumergidos, entre otros.

La instalación de los geotubos fue criticada por el investigador de la Universidad Autónoma de México, Paulo Salles Afonso de Almeida -lo que publicamos ayer-, ya que de acuerdo con estudios que ha realizado, en lugar de frenar la erosión costera solo agravan el problema y generan basura.

La situación actual del litoral yucateco es inestable, tal como se observa en Paraíso Sisal, donde es notable la erosión registrada.

La presencia de gran cantidad de estresores, como son el incremento del nivel medio del mar, destrucción de la duna costera a causa de construcciones habitacionales, eventos meteorológicos de gran magnitud, entre otros, provocan que la línea de costa se reduzca drásticamente.

Tal problema trae efectos adversos a la economía y a la ecología de la zona, entre otros perjuicios. Sin embargo, la “flexibilidad” de autoridades como Semarnat permiten que en Sisal se impongan los intereses económicos sobre la protección a la naturaleza.

Continuará...

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GC