Desde que en septiembre de 2021 la Suprema Corte dictaminó que no puede penalizarse el aborto, en Yucatán se han practicado 410 legrados tanto químicos como físicos, lo que significa que, en promedio, cada 38 horas una yucateca, de entre 10 y 40 años de edad, ha interrumpido su embarazo.
Además, de acuerdo con personal del hospital “Agustín O’Horán”, en la que se ofrecen “servicios de aborto seguro”, en ese mismo periodo, de un año nueve meses, 600 mujeres han solicitado información sobre el procedimiento para someterse a un legrado, es decir, de cada tres que piden información, dos se practican el procedimiento. Aunque no especifica cuántos de cada uno, se han realizado irrupciones tanto con medicamentos como con aspiración manual endouterina (AMEU).
Aunque entre las causas que pueden esgrimir las pacientes están la violación, malformación, razones socioeconómicas y riesgo de muerte de la madre, hay casos en los que es una decisión personal, voluntaria. El personal encargado de proporcionar información a quienes acuden a pedir apoyo dijo que se les da explica claramente; se les especifica que el aborto sólo puede realizarse si el periodo de gestación está entre la primera y décimo segunda semana.
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De igual manera se hace una revisión al historial clínico de la paciente, y posteriormente se firman los documentos de autorización y conformidad sobre los métodos que se utilizarán para la interrupción, sin embargo, se enfatiza en dicho documento que el aborto no es legal, aunque no esté penalizado. Con respecto a las menores que quieren interrumpir el embarazo sin importar el motivo, se les requiere ir en compañía de un familiar mayor de edad u otro adulto para poder realizarlo, es necesario firmar un consentimiento para que lleve a cabo el aborto.
M.T.P de 19 años, proveniente del interior del Estado, comentó que había quedado embarazada de su novio de preparatoria, sin embargo, no estaba preparada para ser madre e interrumpir sus estudios, pues aseguro que sería el único aborto que se realizaría para no truncar sus sueños y decepcionar a sus padres.
“Vine a estudiar a Mérida porque mi papá me dijo que quiere lo mejor para mí, la verdad fui muy irresponsable, pues como mi tía salió con su esposo una noche se quedó hasta tarde mi novio y tuvimos relaciones sin protección, el también esta chavo; me siento mal por hacerlo porque siento que estoy fallando, pero me sentiré peor si decepciono a quienes confiaron en mí, no seré de las que a cada rato vienen, ésta es mi primera y última vez”, aseguró la joven, quien pensaba si llevar a cabo la interrupción o enfrentar la situación.
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LV