La lejanía, escasez del producto y poca rentabilidad para el avituallamiento de las barcas ribereñas ocasionaron que no se tome como prioridad a la langosta, por lo que el gremio pesquero permanece a la espera de la próxima fiebre del pulpo.
Destacó que otra de las razones por las que prefieren no ir en busca de los crustáceos es que Progreso no cuenta con una cámara hiperbárica, ya que los pescadores ribereños ameritan utilizar el buceo para emprender la labor de captura.
Además, hombres de mar del Litoral Oriente han difundido su inconformidad debido a que no han encontrado la producción esperada. Varias lanchas que zarpan de Sisal y Celestún se han topado con situaciones inesperadas, ya que comentaron que no ha sido rentable tener los cargamentos necesarios para solventar los gastos de la inversión: “Para la langosta hay que zarpar con más gente y es necesario que el patrón invierta más dinero en combustible.
Son por lo menos 65 millas hacia altamar para llegar al punto de actividad, por eso salen mayormente sólo los barcos de gran navegación. Nosotros nos mantenemos en la inestabilidad de la pesca de escama que sigue a la baja”, externó Cesar Santos del barco Santo Domingo.
En 10 días, el mencionado navío solamente logró obtener 240 kilos de diversas especies de escama, logrando apenas salvar la inversión que se utilizó para equipar el barco, lo cual dejó a sus tres tripulantes sin posibilidades de obtener más ganancias.
A tales inconvenientes se agregó que la marea ha resultado sumamente violenta para los marineros de navegación menor, situación que les dificultó ejercer libremente sus labores cuando zarparon en busca del mero: “Ya ni la pulpeada creo que va a salvar a los permisionarios de tantas pérdidas, como siempre el precio ha mermado al gremio. Persisten muchas dudas, sobre todo con los gastos que se tendrán para poder zarpar”, indicó Marco Pérez Arias.
Arriban los restos del Flor de loto
Por otra parte, trascendió que llegaron al puerto los restos del buque Flor de loto que permaneció a la deriva a finales de junio, dejando a tres hombres en calidad de náufragos que ameritaron un operativo de rescate a través de un navío de recreo.
Fue el pasado 20 de junio cuando llegaron los tripulantes al mismo punto de atraque para reencontrarse con sus familiares luego de varias horas a la deriva tras diversas fallas que provocaron inestabilidad en el barco.
Los entrevistados informaron que la parte psicológica y el esfuerzo físico fueron fundamentales para no saltar por la borda a pesar de que existía el riesgo de que el navío se volteara: “Salimos desde el viernes 16 de junio, pero a cuatro millas del faro de la isla Desterrada el barco comenzó a presentar fallos, al grado de que a las 21:00 horas ya estábamos encallados y con peligro de voltearnos, corrimos mucho peligro”, informó uno de los entrevistados.
El tercer pescador estuvo a punto de saltar al agua tras ver balancearse al barco varias veces; sin embargo, sus compañeros lo tranquilizaron y evitaron la tragedia, pues la oscuridad junto con la profundidad del mar iban a propiciar la muerte del pescador. Al final, lograron ser rescatados sin ninguna afectación de por medio, más que la mala experiencia vivida.
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AA