Una pareja de esta ciudad pensó que el Uay chivo o el chupacabras se comía sus gallinas y patos, ya que a diario amanecía un animal de traspatio menos, por lo que se propusieron a investigar de qué se trataba hasta dar con el verdadero culpable, hasta que descubrieron que una enorme boa era la causante de la desaparición de los ejemplares.
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De acuerdo con los afectados, habían transcurrido varios días en los cuales notaron que en sus gallineros a diario les hacía falta un ave de traspatio, como patos y gallinas, sin lograr descubrir o encontrar rastro alguno de la causa o causante de dicha situación. Ante estos hechos poco comunes en la ciudad y hartos de que siempre pasaba lo mismo, el habitante de nombre Juan, decidió velar toda una noche para dar con él o los presuntos implicados en la desaparición de sus animales.
Él mismo narró que sus vecinos llegaron a comentarle que se trataba del Uay chivo o incluso la chupacabras, aunque les causaba inquietud el que no dejara rastro de su presencia, por lo que el propietario del predio afectado, decidió quitarse el miedo a lo sobrenatural y vigilar de manera permanente qué pasaba en sus gallineros, hasta que se llevó una sorpresa, al encontrar a una enorme boa tragando a uno de sus animalitos en el gallinero, llegando a la conclusión de que era la responsable de las desapariciones misteriosas una enorme serpiente.
Ante el asombro de los demás integrantes de la familia, don Juan atrapó a la boa panzona que ya había tragado al animal de traspatio, sin ningún temor.
Posteriormente dio parte a las autoridades correspondientes acerca de su hallazgo y de esta manera fue cómo arribaron al domicilio ubicado en el barrio de Santa Ana, elementos de la Policía Municipal quienes se encargaron de darle destino final a la especie constrictora no venenosa.
De este modo, los habitantes declararon inocente al Uay chivo como el culpable de las desapariciones de los patos y gallinas. Es de recordar que, según la leyenda maya, el Uay chivo es una especie de hombre con patas y cuernos de cabra, con ojos rojos brillantes que, si se mira directamente, roba parte del alma y se experimentan catástrofes.
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LV