Industriales pesqueros denunciaron la desaparición de producto en altamar en embarcaciones de mediana altura y ribereña, acción generada por los denominados huateros, quienes se dedican al robo y compra de especies a los propios pescadores, lo que está impactando la temporada del pulpo desde sus primeros meses.
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A dos meses de haberse iniciado la temporada de captura del molusco, y con las presentes pesquerías de mero y langosta igualmente activas, los denominados huateros, encargados del hurto y compra de producto en altamar a pescadores, han mantenido sus operaciones de manera descarada en costas del estado, lo que ha encendido los focos rojos entre empresarios pesqueros locales ante las graves pérdidas para sus negocios por estas prácticas.
Ante el temor a represalias, dueños de barcos y congeladoras, que prefirieron omitir sus nombres, señalaron que el robo en altamar o huateo es operado desde tierra por las mismas congeladoras, y durante este año comenzaron a hacerse presentes desde el inicio de la temporada debido al alto valor del molusco.
Comentaron que resulta difícil para muchos empresarios locales resistir los fuertes embates generados por esta actividad, la cual se traduce en pérdidas millonarias para el sector.
De acuerdo con los industriales pesqueros, que prefirieron omitir sus nombres al hablar sobre el tema, en diversas zonas del estado se presentaron los primeros casos de este tipo de práctica, desde la primera semana de la apertura de la pesca del pulpo y hasta el momento esta se ha desarrollado sin violencia, en donde los hombres de mar, buscando tener mayores ingresos, venden parte de su producto a compradores aun estando en el mar, de tal suerte que al regresar a tierra reportan bajos niveles de captura a los dueños de las embarcaciones en las que laboran.
Este tipo de práctica, según se dio a conocer, perjudica gravemente a los inversionistas que ponen el capital para la salida de los navíos todos los días o, en su caso, para los dueños de barcos que van de viaje por varios días, ya que al invertir se pretende recuperar a través del volumen de pesca y ganar dinero con el excedente; sin embargo, al no reportarse los índices reales de la captura, el único afectado de dicha situación es el patrón.
A la larga, este tipo de acciones generan pérdidas para los empresarios, provocando que no puedan seguir invirtiendo en la pesquería y, por tanto, reduciendo la cantidad de naves que salen en búsqueda del producto.
Ante esto, el sector empresarial comentó que, además de pedir mayor vigilancia a las autoridades para evitar este tipo de prácticas, apelaron a la conciencia y buena fe de los pescadores, para que no incurran en actos de esta naturaleza, ya que al final de cuentas los daños, al generalizarse, terminan provocando afectaciones a todos los dependientes de la actividad pesquera y no solamente al sector empresarial.
A este problema se suma la pesca furtiva, que ha aumentado en la costa de Yucatán, poniendo en peligro las diferentes especies de suma importancia para la actividad ribereña o artesanal, entre ellas el mero, pulpo y langosta, las cuales están siendo depredadas por marineros de puertos como Dzilam de Bravo, Celestún y Sisal.
JGH