A partir del próximo lunes 3 de marzo, el precio del pan en Yucatán registrará un incremento debido al alza en los costos de insumos esenciales como levaduras, grasas y aceites, cuyo aumento oscila entre 10 y 14 por ciento.
Aunque obligado, este aumento complica aún más la situación de los panificadores porque llega en un momento inoportuno, cuando están librando una batalla contra la competencia férrea de cadenas de supermercados, tiendas de conveniencia y, además, de panaderías clandestinas, es decir, negocios que operan al margen de ley y que evaden impuestos.
De acuerdo con Perla Andrade, propietaria de una panadería y quien lidera un gremio de tahoneros, asegura que por cada empresa legalmente establecida hay por lo menos cinco sin regulación. “El problema más fuerte que enfrentamos es la competencia desleal. Hay panaderías que no están registradas, no pagan impuestos y venden el pan más barato, lo que afecta gravemente a quienes sí operamos de manera formal”, afirmó.
Añadió que, en muchos casos, estas panaderías irregulares son operadas por familias o parejas que producen pan en sus hogares y lo venden de manera informal. “El problema es que no se ofrece la misma calidad ni se cuenta con medidas de higiene adecuadas, algo que las panaderías establecidas tenemos como prioridad”, destacó.
Otro de los puntos que preocupa a los panaderos formales es que el precio más bajo de las panaderías clandestinas se debe, en parte, a una reducción en la calidad y cantidad del producto. “La barra que vendemos en una panadería establecida pesa 120 gramos cruda y unos 100 gramos cocida, mientras que las que se venden en $6 o $7 pueden ser más pequeñas y de menor peso”, explicó Andrade. Además, mencionó que muchos de estos establecimientos informales operan a través de triciclos sin identificación, lo que impide a los clientes hacer reclamos en caso de problemas con el pan.
“Si un consumidor encuentra un pelo en el pan o nota una inconsistencia en el producto no tiene a quién llamar ni dónde quejarse. Nosotros, en cambio, tenemos un nombre y un prestigio que cuidar, y eso implica ofrecer un producto de calidad”, enfatizó.
A pesar del aumento de precios, el pan sigue siendo un producto fundamental en la canasta básica de los yucatecos. Sin embargo, los empresarios del sector panadero enfrentan un doble reto: competir contra las grandes cadenas de supermercados y hacer frente al mercado clandestino.
“Sabemos que no podemos competir con los precios de las grandes cadenas, pero sí con la calidad y el servicio. Las panaderías establecidas tenemos la responsabilidad de garantizar un buen producto a nuestros clientes, y para ello, es necesario hacer estos reajustes de precio”, concluyó Andrade.
JY