Luego de validar las pruebas aportadas por representantes de la Fiscalía General del Estado (FGE), un Tribunal declaró culpables de homicidio calificado a Amaury H.B., de 32 años de edad, de origen cubano y a la poblana Lilia Ana T.P., de 44 años, de oficio terapeuta.
El fallo condenatorio en su contra fue por privar de la vida a un empresario hotelero el 5 de diciembre del 2022, en la colonia Gustavo Díaz Ordaz, al norte de Mérida. Según establece la ley, podrían recibir sentencia de al menos 20 o hasta 40 años de prisión.
Durante el juicio oral, llevado a cabo en el Centro de Justicia Oral de Mérida (Cejom), los fiscales de litigación aportaron las pruebas periciales, documentales y testimoniales. Los integrantes del Tribunal Colegiado Primero de Enjuiciamiento del Poder Judicial los consideraron suficientes para emitir el fallo condenatorio, pero los imputados conocerán la sentencia en audiencia programada para el próximo jueves.
De acuerdo con los documentos probatorios contenidos en la carpeta de investigación, bajo la causa penal 393/2022, ambos acusados hirieron con un arma y golpearon a la víctima Roberto Kuri Llamas en un outlet hotelero ubicado en la colonia Díaz Ordaz, donde perdió la vida a causa de las lesiones recibidas.
Individualización de penasLuego de ser encontrados culpables, los indiciados deberán ser presentados a la audiencia de individualización de penas y sanciones, en la que será dada a conocer la condena que se les impondrá. Según archivos de este rotativo, el empresario yucateco fue asesinado la tarde del lunes 5 de diciembre en la calle 8 con 17 de la colonia Díaz Ordaz y las autoridades policiacas lograron detener después a uno de los inculpados, a quien decomisaron un arma de fuego. Al parecer, el sicario provenía de Quintana Roo y el asesinato fue por un ajuste de cuentas.
Cómo ocurrió el crimenDe acuerdo con la narrativa de los hechos, el día del asesinato, el cubano acudió a un outlet hotelero, dedicado a la venta de artículos de hotelería y muebles de jardín, donde exigió el pago de una deuda. Ante la negativa de la víctima, sacó un arma calibre .380 y le disparó. Aunque la víctima cayó herida, seguía con vida, por lo que el asesino lo golpeó en la cabeza con la pistola. Luego le ordenó a un empleado que lo ayudara a meter el cuerpo en la cajuela de un vehículo, pero cuando intentaba huir, la víctima trató de salir, por lo que el cubano lo golpeó con un palo y lo asfixió. Después cubrió el cuerpo con una sábana y lo amarró con cables.
Cuando intentaba darse a la fuga, llegaron agentes de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) tras reportarse un disturbio. En ese momento, el sicario fue escuchado llamando a una persona con el nombre de Ana. Para el atentado, se utilizaron dos vehículos con placas de Quintana Roo. Aunque la mujer logró escapar momentáneamente, las autoridades encontraron su camioneta Toyota Avanza abandonada en la iglesia Cristo Resucitado, en la colonia Montecristo, Mérida. Más tarde, gracias a las cámaras de vigilancia, localizaron un Seat Ibiza en el Periférico, donde presuntamente viajaba la cómplice.
Inician juicio a implicadosPosteriormente fueron presentados ante un Juez de Control, quien declaró legal la detención e impuso prisión preventiva. Los inculpados fueron vinculados a proceso el 13 de diciembre. Desde entonces, el cubano permanece en el Centro de Reinserción Social (Cerso) y la mujer en la cárcel femenil.
Como parte de las indagatorias, se supo que el ahora fallecido fue exhibido por fraude en el 2016 mediante un cartel en la ciudad que decía: “Devuelve el dinero que le robaste a los niños de la casa hogar”. Además, enfrentaba varias denuncias por fraude, ya que presuntamente cobraba la mercancía que vendía y no la entregaba.
En redes sociales surgieron comentarios sobre el outlet hotelero, con sedes en Díaz Ordaz, Altabrisa y Francisco de Montejo, por no entregar los artículos vendidos, aunque sí los cobraba. También hubo varias amenazas de denuncias de clientes insatisfechos.
JGH