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Yucatán / Sucesos

Ebrio trailero provoca tragedia

Un pequeño niño de apenas 2 años y 7 meses de edad se debate entre la vida y la muerte, luego de haber sido aplastado entre la pared de su domicilio y un carro estacionado, impactado por el tráiler manejado en completo estado de ebriedad por su abuelo, quien luego de los hechos, sin tener conciencia de la magnitud de sus actos, tras discutir con sus hijos se tiró al piso a dormir.

Los hechos se registraron alrededor de las 11 de la noche del 15 de septiembre, cuando iniciaba la pelea del Canelo Alvarez, el trailero José Antonio Ek Custiniano, (a) “Kivi”, luego de ingerir bebidas embriagantes abordó el trailer de la empresa en la que labora, de la casa de un familiar ubicado en la colonia Emiliano Zapata Sur y tomó la avenida 86 para dirigirse hacia el Norte, rumbo a su domicilio de la calle 121-A entre la 52-A y B de la colonia Zazil-Ha.

Manejando el pesado camión llegó hasta su domicilio, donde su pequeño nieto, al escuchar el motor de la unidad, salió a la terraza, ya que la puerta estaba abierta y sus jóvenes padres en el interior, en la sala.

Ek Custiniano metió el tráiler a una explanada y chocó contra la parte trasera de un automóvil Jetta, negro, estacionado en la terraza de su casa, prensando a su pequeño nieto entre el automotor y la fachada.

El pequeño cayó inconsciente y sus padres aterrados comenzaron a gritar, el abuelo bajó de su tráiler y sin tener conciencia de lo que había causado se puso a discutir con sus hijos, para luego meterse a su cuarto y tirarse a dormir.

Los vecinos llamaron a la policía y uno de ellos, a bordo de su vehículo particular, se llevó a los jóvenes con su pequeño en brazos hasta el Hospital Korea-México, donde los doctores daban pocas esperanzas de que la criatura sobreviva y de inmediato ordenaron su traslado hasta el Hospital O’Horán.

Los familiares de los jóvenes se trasladaron hacia los citados nosocomios y las noticias no eran nada halagadoras, no había cirujano pediatra en el hospital y el pequeño se desangraba por dentro.

La policía que resguardaba el predio donde se registró el hecho no se llevó detenido al presunto responsable del grave accidente, ya que su hijo no quiso que se lo llevaran preso, pues primero estaba la salud de su pequeño hijo.

Durante la noche del sábado y toda la madrugada del domingo las noticias no eran buenas, la salud del niño era precaria, al lugar llegaron agentes de la Policía Estatal de Investigación, que se entrevistaron con los médicos de guardia, las esperanzas de sobrevivir eran mínimas, los llantos de los padres del bebé eran desgarradores, los tíos y abuelos maternos buscaban consuelo en su fe en Dios y en las manos de los cirujanos.

El niño fue sometido a una operación en la que le extirparon el bazo, será sujeto a otra serie de tratamientos, pero su estado es grave, aunque estable según los últimos informes.

El trailero, luego de su borrachera y decirse arrepentido, salió el domingo de viaje a bordo de la pesada unidad.

(Armando Gamboa Romero)

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