A pesar de los argumentos de la defensa del joven Braulio Luna, de 18 años de edad, en prolongada audiencia pública celebrada ayer por la tarde en el Juzgado Segundo de Control del Centro de Justicia Oral de Mérida, el Juez Luis Mugarte Guerrero dictó auto de vinculación a proceso en su contra, como presunto responsable de la muerte del promotor artístico Sergio Serrano Navarro.
El Juez encontró elementos mínimos para continuar el proceso penal en contra del joven por el delito de homicidio, que se sanciona de 10 a 15 años de prisión, a pesar de que los abogados insistían en que se trató de un homicidio en riña con el carácter de provocado, tal y como se había planteado inicialmente.
De la misma forma se planteó por la defensa la posibilidad de haberse dado un homicidio cometido en la legítima defensa, o bien, un homicidio cometido en exceso de la legítima defensa.
Al joven lo asesoran los defensores particulares Jesús Antonio Alonzo Torres y Jorge Chan Pech, quienes en algún momento trabajaron en la Fiscalía General del Estado, en tanto la Fiscalía adscrita está a cargo del Licenciado Ediel Zapata Solís.
La declaración hecha ante el Ministerio Público, en la que estuvo acompañado de sus defensores, fue un factor importante para que al joven no se le acusara por el momento de homicidio calificado, que tiene una sanción privativa de libertad de 20 a 40 años, sin embargo, si dentro de los 4 meses de plazo que se dio a la autoridad y a la defensa se aportan los elementos necesarios, se podría dar una reclasificación, tanto de un lado como por el otro.
Se le llamó la atención a la mínima investigación por parte de la autoridad investigadora, que se basó en el dicho o declaración del propio imputado y que por cuestión mediática haya cambiado el delito a imputar, tal y como lo había pedido en su escrito de imputación de homicidio cometido en riña con carácter de provocado, que se sanciona de 2 a 6 años de prisión.
En ella relata que conoció a la víctima en el restaurante bar “La Casita del Cheviche”, donde trabajaba de mesero cuando contaba con la edad de 17 años, ya que el extinto era socio del lugar.
Comenzaron a salir con otros amigos a tomar cervezas y acudía a su domicilio ubicado en el predio marcado con el número 338 de la calle 49-C entre la 54 y 56 del fraccionamiento Francisco de Montejo, donde veían películas y videojuegos.
Es el caso que comenzó a tener contacto íntimo con Sergio Serranova, quien le pagaba por sus servicios la cantidad de 600 pesos, pero sólo por sexo oral.
Es el caso que el día 6 de diciembre, cuando se encontraba en su domicilio, recibió una llamada de Serranova, quien le pedía que fuera a su casa y, a pesar de negarse en un principio, ante su insistencia por verlo optó por acudir a la casa de Francisco de Montejo, a bordo de un taxi de la plataforma Uber que el propio Sergio le mandó.
Allí estuvieron platicando y viendo videos, hasta que en un momento dado le practicó sexo oral y después pretendía ir más allá, pero como se negó, le dijo que ya había invertido mucho en el muchacho y trató de penetrarlo.
Según dice el joven, le dio un cabezazo y le pidió que se calmara, pero Serranova se armó con un cuchillo tipo sierra y le lanzó tajos metiendo las manos para defenderse, en un momento dado cayó el cuchillo, lo agarró y le produjo múltiples heridas corto-contusas en el cuerpo, cara y cabeza.
Sin embargo, la muerte de Sergio Serrano Navarro se derivó de un traumatismo cráneo-facial.
Luego de ver que no se movía, se levantó, agarró una maleta donde puso sus ropas y presionó con una prenda la herida de su mano, tomó un taxi y se dirigió hacia su domicilio, después fue a un consultorio de “Similares”, donde al ver las heridas el médico le recomendó que fuera a un hospital, ya que requería de puntos de sutura, le avisó a su padre Genaro Luna y fue llevado a la Clínica de Pensiones, pero por el costo de la cirugía se dio de alta voluntaria y fue atendido en el Hospital O’Horán, después, aconsejado por abogados, decidieron acudir voluntariamente a la Fiscalía General del Estado, donde dio su versión de los hechos.
Ayer se llevó al cabo la audiencia en la que se resolvió sobre su situación jurídica y fue vinculado a proceso penal por el delito de homicidio, y se le mantuvo la medida cautelar de prisión preventiva oficiosa por un año y un plazo de 4 meses para el cierre de las investigaciones.
En cualquier momento se podría plantear la reparación del daño moral, que de acuerdo con la ley, oscilaría en el millón 600 mil pesos.
(Armando Gamboa Romero)