De la Redacción
Hace cuatro años con engaños y aprovechándose de que un hombre de la tercera edad tenía sus ahorros guardados en su domicilio, una mujer vecina del mismo, lo puso en contacto con sujetos, quienes supuestamente se dedican a la venta de terrenos. En ese entonces, le ofrecieron dos hectáreas por la cantidad de 200 mil pesos, de los cuales pagó 120 mil pesos; hace unos días, la misma mujer, identificada como Silvia S. U., de acuerdo a la víctima, ingresó a su domicilio para robar 50 mil pesos y al momento de pedir su dinero fue amenazado, por el temor a que le hagan algo, el hombre solicitó ayuda a las autoridades correspondientes.
Para Nicolás E. R., la señora Silvia S. U. realiza fraudes bajo la complicidad de las autoridades, a quienes en repetidas ocasiones les ha solicitado ayuda ante el Ministerio Público, pero autoridades ministeriales únicamente se limitan a mencionar que van a investigar, esto desde hace cuatro años, cuando le vendieron unos terrenos, los cuales no sabía que son propiedad del estado, Nicolás, queriendo tener un patrimonio dio enseguida 120 mil pesos en efectivo y quedó con la señora Silvia de liquidar el resto en cuanto le hicieran entrega de los papeles, a la fecha no le han hecho la entrega de la documentación de los predios y tampoco le regresaron su dinero, a cambio la mujer lo sigue molestando y robándole.
El pasado 28 del presente mes, Nicolás había salido a desayunar y al regresar, la puerta y su ventana estaban rotas, minutos antes de que él saliera, la mujer ya había intentado forzar la ventana y al percatarse de que su vecino aún se encontraba en el interior, se fue; una hora después, él llegó y se percató de que le hacían falta los únicos 50 mil pesos con los que contaba de todos sus ahorros.
Al reclamarle a la mujer, ella lo negó todo y amenazó con hacerle daño, así como en otras ocasiones le aseguró que nada va a poder hacer en contra de ella, porque las autoridades están de su lado.
Don Nicolás por temor a que la señora Silvia S. U. le haga algo, se acercó a esta casa editorial, esperando a que las autoridades hagan algo y le regresen los ahorros de toda su vida.