VALLADOLID, Yucatán, 19 de marzo.- Sonriente en todas sus selfies y con frases como “La vida es bella…”, debajo de sus fotos de perfil en Facebook, lejos estaban de imaginar amigos y conocidos del joven Jesús Gerardo Jiménez Sabido, de 19 años, que esta mañana tomaría la decisión de terminar con su existencia.
Los motivos por los que una persona tan joven decide privarse de la vida son bastantes y aunque por lo general algunos muestran emociones negativas, como tristeza o melancolía durante días o incluso semanas, otros hasta el último momento se muestran como personas optimistas y llenas de vitalidad, como en el presente caso.
Así fue el caso de Jesús Gerardo Jiménez Sabido, de 19 años de edad, y a quien todos describían como un muchacho alegre y jovial, pero que decidió quitarse la vida por la vía del ahorcamiento, en el interior de su domicilio ubicado en la calle 32 por 43 y 45, en el barrio de Santa Ana.
Esta mañana, amigos y conocidos no salían de su asombro al enterarse del trágico suceso, pues Jesús siempre fue muy buen muchacho, nunca se metía en problemas y siempre que podía apoyaba a sus semejantes, además nunca comentó si tenía alguna complicación.
Suicidio anunciado en redes sociales
Ahondando sobre el caso, trascendió que dos situaciones llamaron la atención entre varios conocidos y que pudieron encender los focos rojos en relación a que algo andada mal en la vida del muchacho. Fueron un mensaje y un “estado” compartidos por aplicación de mensajería WhatsApp.
Se precisa que el mensaje de texto que desconcertó al remitente fue uno con fecha de ayer, en el que tras una selfie y con rostro tranquilo escribió: “El final se acerca ya… lo esperé serenamente”, seguido de un estado en el que, con letras blancas y en un fondo púrpura, se leía; “Ya necesito que pare todo esto”.
Para muchos, ambos mensajes se trataban de un desesperado grito de ayuda y eran la clara evidencia de que algo andaba mal, presagiando que el joven prácticamente anunciaba el suicidio.
No superó la separación de sus padres
Trascendió que el joven nunca pudo superar el abandono y separación de sus padres, pues el muchacho vivía con su abuela, junto con su hermanita, desde que eran niños.
El joven de 19 años fue identificado por su abuela, de 52, quien dijo que este lunes salió a trabajar aproximadamente a las 7 de la noche y dejó en la casa a sus nietos.
Cerca de las 11 de la noche se comunicó vía mensaje con el muchacho, quien le dijo que en ese momento estaba haciendo la tarea.
Media hora más tarde su nieta se comunicó con la abuela para preguntarle dónde estaba el joven, pues minutos antes se había despedido de ella de una forma extraña.
Preocupada, la abuela dejó su trabajo y regresó a casa. Enseguida se puso a buscar a su nieto y lo encontró ahorcado en el lavadero.
Con el corazón hecho un nudo, lo descolgó con la esperanza de que aún pudiera salvarle la vida, pero el acto ya estaba consumado.
Al lugar llegaron paramédicos de la Policía Coordinada de Valladolid, que confirmaron la muerte.
La mujer señaló que el joven presentaba constantes cuadros de depresión y problemas psicológicos, pues sentía que desde pequeño fue abandonado tras el divorcio de sus padres. Desde entonces la abuela se hizo cargo de Jesús y su hermana, pero el muchacho jamás mostraba sus emociones a sus amigos y conocidos.
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(POR ESTO! / Corresponsalías)