Humilde casa sucumbe a las llamas, que dejaron un panorama desolador al quemarse varias hectáreas de monte seco y poner en riesgo un fraccionamiento y varias viviendas, en la colonia Ampliación Mulchechén de Kanasín, mejor conocida como “Los Cerritos”.
El incendio inició a dos kilómetros de distancia, en una zona donde los famosos “tierreros” acuden a sacar tierra para luego vender en las colonias meridanas y que cuando están extrayéndola aprovechan, a pesar del intenso calor, a fumar y luego tiran sus colillas donde sea, según mencionaron los vecinos de la zona.
Los habitantes de la colonia vivieron momentos de gran angustia y terror al ver cómo el fuego avanzaba rápidamente y se acercaba a sus endebles casas, por lo que se unieron y, a cubetazos y con el agua que salía de algunas mangueras, sumaron esfuerzos para proteger su patrimonio de las llamas que avanzaban implacablemente.
Sin embargo, por estar protegiendo una casa del fuego, donde tuvieron que soltar a los animales para que no murieran quemados, se olvidaron de una humilde vivienda hecha con láminas de cartón como techo y láminas de zinc como paredes, siendo las segundas las que quedaron como mudo testigo del incendio, pues los vecinos, cuando se dieron cuenta de que se quemaba la casa, ya nada pudieron hacer.
Todo fue muy rápido, señalaron, y la dueña, la señora Asunción Olán Arias, quien no se encontraba en esos momentos, al llegar a su vivienda ubicada sobre la calle 80 por 35 de la citada colonia, se llevó la desagradable sorpresa de que sólo una silla se salvó de todo su patrimonio, no le quedó más que el terreno donde estaba lo que quedó de su casa.
Al sitio llegaron bomberos de la Secretaría de Seguridad Pública, al mando del Comandante Guy Freyre, así como de Protección Civil de Kanasín y elementos de las policías Municipal y Estatal, que desde varios francos atacaron el fuego armados con aspersores y chorros de agua que lanzaban a las llamas, hasta que lograron frenar su avance.
Sin embargo, el viento avivaba las cenizas, que volvía a arder, por lo que el personal destacado en el sitio batallaba con las lenguas de fuego hasta que estas sucumbieron.
(Luis Tamayo Mendicuti)