El terror se apoderó de una elemento de la Secretaría de Marinacuando a escasos metros de adentrarse en la carretera a bordo de un taxi, este se volteó cuando una pareja de turistas a bordo de otro móvil, los colisionó en el costado derecho, quedando tanto la fémina como el taxista atrapados en el medio de transporte.
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La tragedia se desató alrededor de las cuatro de la tarde, cuando Ernesto Sagundo Balam de 55 años se adentraba a través de la calle 80 rumbo a la carretera federal Mérida-Progreso, en su auto Nissan “Sentra” con placas de circulación A-492-45B y perteneciente al Frente Único de Trabajadores del Volante CTM.
Sin embargo ni el operador ni la pasajera, contarán con que de un costado, saldría un carro KIA con matrícula PCK-39-77, cuyo guiador se pegó demasiado al vehículo Nissan, quedando sobre la banqueta el primero, mientras que el segundo móvil acabó de lado.
“Quedamos volteados y el personal de la construcción del viaducto no ayudó a salir. La muchacha que llevaba en el coche tuvo que salir por mérito propio y a mí me jalaron de espaldas porque acabé atorado entre los pedales, la guía y el cristal” relató Sagundo Balam.
Gracias al operativo vacacional, llegó la SSP junto con la policía municipal para emprender un operativo, pues aparte de la integridad de los involucrados, se necesitó regular el tránsito, ya que solo se tenía un carril en uso a causa de la volcadura.
“Por fortuna, ningún compañero estaba cerca del área donde chocaron los dos autos, si no estaríamos hablando de otra tragedia, pues el carro que se volteó quedó a escasos centímetros de nosotros. Por fortuna cuando los sacamos del auto estaban conscientes ambos y solo tenían golpes leves” externó uno de los elementos de las construcción que otorgó ayuda a los afectados.
Paramédicos de la SSP se dedicaron a atender a los lesionados del taxi, mientras que la Cruz Roja Mexicana delegación Progreso otorgó primeros auxilios al masculino y la mujer que viajaban en el automóvil KIA, sin embargo nadie resultó lesionado o ameritó un traslado. Solamente el chofer mencionado, necesitó gasas y vendas, pues tuvo heridas que le propinaron los cristales que salieron volando de su lado por la presión de la vía asfáltica al voltearse su herramienta de trabajo.
La resolución del caso se tuvo en el lugar de los hechos, cuando el turista entabló plática con el otro conductor, quien argumentaba que este no hizo su alto e invadió su carril. Parte de lo que también se lamentó fue cuando las grúas emprendieron acciones para llevarse los vehículos, formándose filas kilométricas con decenas de familias que deseaban salir del puerto para iniciar sus respectivas travesías a través de la carretera.
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AA