PROGRESO, Yucatán.- Durante la madrugada de este martes, las alarmas se activaron por medio de llamadas de automovilistas de la carretera federal rumbo a Mérida y la razón se debió a que nuevamente apareció un reptil de tamaño impresionante. El animal sobrevivió gracias a la captura de agentes de la policía ecológica.
Tras conocer el reporte, los oficiales de uniforme verde se trasladaron rumbo a los kilómetros situados entre Flamboyanes y la entrada de Progreso, hallando en cuestión de minutos al animal de por lo menos dos metros y alrededor de cien kilos de peso.
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En esta ocasión un par de elementos ejecutaron maniobras, tomando al animal por la cola y empleando protocolos apegados a las instancias federales que protegen a este tipo de especies, sobre todo aquellos que cuentan con varios años habitando este municipio.
Para efectuar esta puesta en marcha, se ameritó cerrar al menos treinta metros del carril de baja velocidad, aunque no hubo mayor problema para el tránsito vehicular debido a que, como se mencionó al inicio de la nota, el suceso se desarrolló en adentradas horas de la madrugada.
¿Qué dijeron los vecinos ante la llegada de un nuevo caimán?
El incidente dio de qué hablar, pues varios vecinos de la comisaría mencionada han argumentado que desde que aumentaron las lluvias en Yucatán, se ha visto con regularidad a este tipo de anfibios caminando en zonas cercanas a la vía que conecta a Mérida con Progreso y viceversa.
La liberación de este animal fue en la “zona cero”, situada en la carretera rumbo a Chicxulub y que es punto habitual para que se otorgue libertad a todo tipo de animales salvajes que son encontrados en la vía pública, tanto del puerto como de sus comisarías. El sitio cuenta con la vigilancia permanente de la policía ecológica y no se permite la entrada a ningún visitante. Incluso el periódico Por Esto! fue el primer medio de comunicación en tener acceso a las entrañas del mismo, el cual es apto para la preservación animal.
Lamentablemente, no todos los ejemplares que se atreven a cruzar los carriles de esta carretera han salido con vida, pues suelen ser arrollados por vehículos que circulan a más de ochenta kilómetros por hora. Desde hace tres años a la fecha, han sido embestidos desde caimanes como el del caso descrito hasta venados que emergen de la maleza.