Campeche

Jesús, María y José, familia modelo

CAMPECHE, Cam., 30 de diciembre.- “La Iglesia nos coloca la Fiesta de la Sagrada Familia, enseguida de la Navidad. Jesús, María y José fueron una familia modelo, porque en ellos todo estaba sometido a Dios; nada se hacía o se deseaba que no fuera voluntad del Padre y es por ello que debemos ser agradecidos con la familia que nos tocó”, señalo José Francisco González González, obispo de Campeche.

Dijo que en el Evangelio se nos narra el incidente de la pérdida de Jesús durante tres días y de la búsqueda angustiosa de José y María, que culmina con aquella respuesta desconcertante de Jesús: “¿No sabían que debo ocuparme de las cosas de mi Padre?”

“La familia está hoy en crisis y seguirá estándolo mientras los esposos y los hijos no tengan como modelo a Jesús, María y José; como en la Sagrada Familia, con los esposos debe haber un tercero. Entre padres e hijos debe estar ese mismo Dios, de otra manera las relaciones entre los miembros de la familia pueden llegar a ser muy difíciles y hasta imposibles”, expresó.

El líder religioso manifestó que la presencia de Dios en el hogar y entre los miembros de la familia es lo único que garantiza la permanencia de la familia y que algunas relaciones sin ser perfectas, como sí lo fueron en la Sagrada Familia son lo más parecidas posibles al modelo de Nazaret. Afirmó que por eso Dios elevó el matrimonio a nivel de Sacramento, para que la unión matrimonial fuera fuente de gracia para los esposos y para los hijos.

Mencionó que en la Primera Lectura del libro del Eclesiástico hay consejos muy prudentes y oportunos sobre las relaciones entre los miembros de la familia, haciendo un desarrollo muy apropiado del cuarto mandamiento: honrar al padre y a la madre. Expuso que cuando los miembros de la familia ponen a Dios en primer lugar y lo buscan en la oración, es posible seguir estos antiguos consejos que siempre están vigentes.

“No es necesario hacer grandes razonamientos para ver que hoy, más que nunca, es necesario que la familia asuma con fuerza la misión educadora que Dios le ha confiado, educar es introducir en la realidad y sólo lo puede hacer aquel que la vive con sentido. Difícilmente se puede poner remedio a los déficits de educación del hogar, todo aquello que no se aprende en casa tampoco se aprende fuera”, finalizó.

(POR ESTO! / Campeche)