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CAMPECHE, Cam., 19 de enero.- La Subdirección de Arqueología Subacuática en la Península de Yucatán proyecta este año regresar al arrecife Alacranes, la Bahía de Espíritu Santo en Quintana Roo y continuar con el trabajo de cuevas y cenotes en Tizimín e Izamal en Yucatán, y Calakmul, en Campeche, así como una inspección a los murales encontrados en las cuevas de Huachabi, en el municipio de Hopelchén.

La responsable de la Subdirección, arqueóloga Helena Barba Meicneke, expuso que se la dará continuidad a algunas acciones que vienen realizando ya que el presupuesto con que inicia labores es de 200 mil pesos para el área, por lo cual, mediante gestiones o acciones de salvamento se consiguen recursos para la preservación del patrimonio sumergido.

Para este año, precisó, la subdirección contempla regresar al arrecife Alacranes para las inspecciones, mientras que en la bahía del Espíritu Santo, también en Quintana Roo, van a revisar un barco muy importante del siglo XVIII.

Agregó que en Yucatán van a seguir con el trabajo de cenotes y cuevas y tiene proyectado que se realice en los municipios de Tizimín e Izamal.

En cambio, en Campeche informó que también van a hacer una inspección a los murales que se encontraron en Huachabi, aunque en esta ocasión con personal del Centro de Corrosión de la Universidad Autónoma de Campeche, con el objetivo de que “vean exactamente cómo van a hacer los análisis”, aunque consideró que “eso es un previo digamos”.

También en la Entidad, como parte de los trabajos de cenotes y cuevas que se llevan a cabo en la Península se hará en el municipio de Calakmul, para tener un registro puntual de las cuevas, ya que se pretende un estudio de que materiales se encuentran, “donde están en el contexto arqueológico y saber por qué están en ese lugar, los mayas no llegaban y ponían las cosas sólo por ponerlas, sino tenían un sentido desde el punto de vista religioso”.

Del presupuesto a ejercer dio a conocer que “tengo como 200 mil pesos para todo el año, pero digo es una labor de gestión ir consiguiendo sobre todo apoyo en especie”.

Recordó que la Subdirección de Arqueología Subacuática se conformó en el 2003 y actualmente tiene “395 sitios arqueológicos subacuáticos o yacimientos, que van desde el siglo XVI hasta la primera mitad del siglo XX, con unas referencias de asentamientos o vestigios de la época maya”.

Destacó que toda la información se vertió en el Sistema de Información Geográfico, del cual se derivan las primeras cartas de arqueología subacuática a nivel nacional y se espera que este año estén publicados y el público pueda conocer el patrimonio cultural sumergido.

En las cartas, agregó, se podrá encontrar información a su ubicación, “a que siglo pertenece y los sitios más importantes que se han ido identificando”, además de los estudios realizados hasta la fecha, los avances que se tienen de acuerdo a la importancia y antigüedad de cada vestigio.

Con respecto a los sitios subacuáticos encontrados en el Estado, señaló que de los 395 se tienen contabilizados 179, “de ahí la importancia de la costa de Campeche, principalmente del puerto de Campeche, ya que de estos 179 el 80 por ciento se encuentra enfrente de la ciudad”.

Advirtió que este patrimonio cultural sumergido está protegido por la Convención Internacional de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) del 2001 sobre la protección del patrimonio cultural sumergido y planteó que ya se debe “de homologarse a la protección que tiene la Ciudad de San Francisco de Campeche y de manera conjunta, haciendo sinergias entre convenciones que están haciendo en otros países poder proteger aún más y ponerlo en valor”.

Para lo anterior, propuso que se debe “habilitar sitios para buceo, habilitar museos subacuáticos como el que está pendiente por terminar en Playa Bonita, donde la gente pueda entrar al agua, además de la visita del actual museo de Arqueología Subacuática que está en San José El Alto”.

Enfatizó que es necesario “que se puede apreciar lo que está dentro el agua, que se pueda apreciar las piezas y en el entendimiento de las mismas a través del estudio de cómo se realizó su conservación y cómo llega a un museo.

Dio a conocer que se hizo el guión museográfico para las grutas de Xtamcumbixunan y durante la inspección a la gruta en la parte profunda se encontró cerámica, principalmente de la época Clásica, es decir como del 300 después de Cristo.

En este punto resaltó el descubrimiento de hace algunos años en las grutas de Huachabi que están dentro del sitio arqueológico de Miramar en el municipio de Hopelchén.

Calificó las grutas de impresionantes y no las trabajan todavía hasta que tengan las condiciones necesarias en todos los aspectos.

De la importancia de la gruta, detalló ya de acuerdo al conteo actual, se tienen “por lo menos 300 pinturas murales, que van desde el Preclásico Tardío, es decir del 400 antes de Cristo hasta el Postclásico Tardío e incluso se cree que hay pinturas de la época virreinal”.

Aclaró que con este tipo de trabajo se espera tener los recursos necesarios “para poder hacer un estudio a detalle de todas las pinturas que hemos encontrado, en esta cueva, sería un trabajo sin precedente, tanto para Campeche como para México”.

Aunque reconoció que no será de inmediato, sino hasta que tenga los recursos o en caso de encontrar a un patrocinador “porque ya el INAH nos da lo básico, y ahora sí que mi trabajo es conseguir y gestionar, y lo que he hecho a través de las Secretarías que nos apoyan y de particulares.

El INAH no tiene recursos para estar explorando en todos lados”, lamentó.

Pecio Ancla Macuca

También manifestó que es importante para la investigación arqueológica e histórica el Pecio Ancla Macuca que se encontró en el 2017 tanto por las esmeraldas, mondadientes y monedas macuquinas que se hallaron en el sitio.

Relató que en ese año se hicieron trabajos de prospección en el arrecife Alacranes, “es un trabajo que se ha llevado en conjunto con la Comisión Natural de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) y donde se está haciendo prospección identificando en este arrecife a la fecha 39 pecios”.

Y la embarcación estaba solapada por el vapor del siglo XIX, el RMS Force, y al hacer el estudio del barco “pues resultó que su antigüedad correspondía al siglo XVIII digamos a mediados del siglo XVIII” por una serie de artillería y por el ancla que se localizó.

En esta embarcación, además de la información arqueológica del pecio se localizó una colección de casi 400 piezas de joyería de oro de 24 quilates, con algunas incrustaciones de esmeraldas que provienen ya sabemos de Colombia.

Especificó que ya lo saben “porque se han hecho trabajos de arqueometría con la Universidad Autónoma de Campeche a través del Centro de Corrosión (CICORR), en donde los especialistas nos han hablado ya del tipo de pieza que está relacionado en cuanto a composición elementales”.

Explicó que “los elementos que componen la esmeralda son iguales a los elementos de las esmeraldas colombianas”, además se encontraron esmeraldas que no eran esmeraldas que pasaban por serlo y eso también nos habla de un contrabando ilícito, para más información histórica”.

También se encontró “la única colección de mondadientes reportada de oro, que se colgaban en ese siglo, incluso siglos anteriores y que forman parte de un bagaje que sólo ha sido trabajado de manera sistemática por arqueólogos mexicanos”.

Para Barba Meicneke, los famosos tesoros que se han encontrado en La Florida, habían sido explotados por caza tesoros y “este es el primer tesoro, y lo voy a llamar así el Tesoro de Alacranes, por la información, el tesoro desde el punto de vista arqueológico y el tesoro para la humanidad”.

Con el descubrimiento del pecio se hizo “un trabajo sistemático, de investigación que sigue en desarrollo, que involucra a muchas instituciones nacionales y extranjeras y que bueno se puede apreciar actualmente en el Museo de Arqueología Subacuática, el Marsub, que está en el Fuerte de San José El Alto de la ciudad de San Francisco de Campeche”.

Al pecio se le denominó “Ancla Macuca, por las macuquinas que encontramos las monedas”, de la época.

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