Seybaplaya, 12 de octubre.- Urge que el gobierno implemente un plan emergente de apoyo a los pescadores ribereños, ya que no estamos logrando ingresos suficientes ni para solventar los adeudos generados durante el arranque de la temporada de pulpo, sentenció Manuel Jesús Mut Cutz, miembro del Frente de Pescadores Independientes de Seybaplaya.
La amarga realidad que viven los pescadores seybanos, de neveras y redes vacías, es la misma que están enfrentando la mayoría de las familias de pescadores en la mayoría de los puertos pesqueros, desde Ciudad del Carmen hasta Isla Arena, en donde habitan las más de 15 mil familias que dependen de esta actividad primaria.
A dos meses del cierre de la temporada de captura de pulpo, el precio del molusco no repuntó, pues se sigue comprando a 25 pesos, el de talla pequeña y 47 el grande, manifestaron a pescadores seybanos.
“Le estamos haciendo un llamado a nuestras autoridades, pues nos hayamos en la zozobra. Si bien ha mejorado un poco la captura de pulpo, el precio sigue siendo manipulado y en lo que respecta a la escama, hemos llegado al grado de regalar toneladas, porque no tiene precio”, acusó el dirigente pesquero.
A decir de la propia Comisión Nacional de Pesca (Conapesca), hasta mediados del mes pasado, el sector social había logrado capturar poco más de cuatro mil 600 toneladas del molusco y logrado ingresos por casi 212 millones de pesos. Dichas cifras reflejan una disminución de casi un tercio en los niveles de producción, en comparación con los datos de la temporada pasada cuando en ese mismo lapso se había logrado una producción de casi 6 mil 900 toneladas.
Regalan toneladas de jurel
Este fin de semana, varios de los pescadores que se dedican a la pesca de escama se vieron en la penosa necesidad de regalar sus cargamentos de jureles –cerca de tonelada y media- luego de que los permisionarios ofrecieran solamente dos pesos, por kilo.
“Ellos tienen el control del mercado, por eso quieren que regalemos nuestra producción. Sin embargo, nuestra gente se beneficia más si le regalamos el pescado, porque se lo come y alimenta a su familia, pero no es posible que ellos quieran pagarnos 2 mil pesos por una tonelada de pescado”, explicó Mut Cutz.
Muchos dejaron de salir a pescar
Varios jóvenes pescadores que fueron entrevistados por POR ESTO! respecto a la presente temporada de pesca, aseguraron que en las últimas semanas muchos dejaron de salir a pescar, debido a lo poco rentable que resulta la actividad, debido a que tanto el precio del pulpo como de las especies de escama es baja.
Juan Carlos Trejo Mut, joven hombre de mar que se dedica a liserear –pesca con redes- declaró que uno de los problemas que enfrentaron los seybano este año, es que la Conapesca y la Secretaría Estatal de Pesca (Sepesca) no les entregaron los permisos correspondientes.
“Desde que inicio la temporada de pesca de pulpo nos dijeron que nos iban a entregar los permisos, pero hasta el momento no nos han dado nada”, explicó Trejo Mut quien además explicó que si carecen del permiso, no pueden acceder al subsidio de combustible que les otorga el Gobierno.
“Quienes están haciendo su agosto son los dueños de las bodegas y las congeladoras pues prácticamente se están quedando con todo el producto de nuestro esfuerzo, ya que están pagando muy barato el pesquero.
“Solamente quieren pulpo de buena talla y que el pescador se lo remate a razón de 45 y hasta 47 pesos. No pagan más y ni modo que la gente del pueblo compre todo el producto. Ellos son los que controlan el mercado y se hacen ricos con el trabajo de los verdaderos pescadores”, subrayó el entrevistado.
Este pescador también expuso el caso de los hombres de mar que tuvieron que regalar su pesca de jureles, debido a que los concesionarios querían pagar el kilogramo a dos pesos.
“Hubieran venido ayer y vieran visto lo que está pasando. Por eso la gente no quiere salir a pescar, pues ni siquiera sacan para la gasolina y a propósito del combustible, este año fueron los pescadores de Seybaplaya los más castigados por el gobierno con el asunto del combustible
Llamado a AMLO
Los pescadores de Seybaplaya afirmaron que tan sólo en esta comunidad son más de mil las familias que dependen de la actividad pesquera, mismas que se encuentran prácticamente endeudadas con el permisionario y los dueños de las tiendas –pollero, carnicero y tortillero- que les han dado fiado para que puedan alimentarse de otra cosa que no sea pescado o pulpo.
Ante tal situación los pescadores hicieron un llamado al gobierno de Andrés Manuel López Obrador para que atienda los problemas que enfrentan los pescadores, entre ellos el intermediarismo o coyotaje, así como la implementación de un programa emergente para apoyar la economía de las familias pesqueras.
También manifestaron que resulta bastante absurdo que, mientras a nivel local, el precio del pulpo en las pescaderías rebasa los 130 pesos y en los supermercados los 200, no es posible que se les quiera pagar a ellos menos de 50 pesos, por el kilogramo de pulpo entregado a pie de playa.
Mal desde el principio
La poca abundancia en la pesquería de pulpo maya se debe fundamentalmente, a que durante todo el año no se respetó la veda implementada por la CONAPESCA, debido a que desde Sabancuy hasta Isla Arena, estuvieron operando buzos financiados por coyotes y permisionarios.
El año pasado, la temporada cerró con un precio por kilo a pie de playa superior a los 60 pesos, pero este año, debido a que la mayoría de los intermediarios acapararon pulpo durante la temporada de veda, se dieron el lujo de condicionar el precio del kilogramo, mismo que no superó este año los 50 pesos.
José Virgilio Pérez Chan, representante de Pescadores en Defensa del Mar del Camino Real, al inicio de temporada de captura de pulpo refirió que no se esperaban buenos niveles de captura, debido a que los dueños de congeladoras e intermediarios incentivaron la captura de pulpo durante todo el periodo de veda, misma que inició el 16 de diciembre y terminó el 31 de julio.
Por si fuera poco, esos mismos permisionarios fueron los que cerraron filas, para controlar el precio del pulpo a pie de playa, mismo que este año no superó los 50 pesos, por lo que muchos de las cooperativas prácticamente quedaron endeudadas.
La esperanza de los pulperos era que se iniciara con el precio con que concluyó la temporada (60 pesos por kilo) pero eso nunca ocurrió y con el propósito de no incrementar sus deudas, aceptaron los ofrecimientos de los permisionarios.
(Joaquín Vargas Aké)