Vivienda es precisamente uno de los rubros en el que patrones, líderes obreros y los inversionistas del ramo tienen una enorme deuda con los trabajadores mexicanos, ya que a pesar de las enormes inversiones que se han hecho en ese sentido, a la fecha continúa prevaleciendo un enorme rezago, opinaron líderes obreros que fueron consultados por POR ESTO!.
“El tema de la vivienda en Campeche es muy complejo. Primero habría de analizarse si en realidad estas inversiones tenían el propósito de abatir el rezago que en ese sentido existe en el Estado, principalmente en la capital de Campeche y en el municipio del Carmen, o propiciar un negocio multimillonario para los acaparadores de terrenos y empresarios ligados al gobierno”, declaró el secretario general de la Federación Autónoma de Trabajadores y Empleados del Estado de Campeche (Catem), José Alain Sánchez López.
Para el dirigente sindicalista, son pocos los programas de vivienda de interés social que tienen como propósito primordial dotar de un techo digno al trabajador asalariado, ya que en realidad esta vertiente del negocio inmobiliario siempre estuvo enfocada a rendir enormes dividendos al gran inversor.
En el caso campechano, dijo que solamente hay que hacer un ligero atisbo respecto a quienes son los que han hecho negocios con la vivienda de interés social, para caer en cuenta de que se trata de uno o dos especuladores inmobiliarios.
“Ahora bien, las casas que hoy ocupan miles de familias obreras de Campeche podrían estar ubicadas entre las más caras del país, pues fueron asignadas mediante la contratación de créditos a 20 y hasta más de 26 años.
“Siempre respaldado por la ley y el gobierno en turno, el inversionista se aseguró de hacer un negocio supermillonario, mientras que el beneficiario, además de quedar endeudado por toda una vida, también deberá hacerse cargo de mantener habitable una casa que fue construida con materiales de pésima calidad”, dijo.
Asimismo, el sindicalista también manifestó que otro de los factores que ha imposibilitado a los beneficiarios de vivienda cumplir con su compromiso es el hecho de que en las últimos lustros los gobiernos han sido ineficientes en el rubro de generación de economía y nuevos empleos, de tal forma que un obrero desempleado también está imposibilitado de cubrir sus adeudos, incluidos el crédito hipotecario.
El dirigente afirmó que las familias campechanas que adquirieron un crédito de vivienda de interés social han visto cómo su deuda ha crecido exponencialmente, “cayendo en cuenta de que en vez de haber adquirido un derecho, lo que obtuvieron fue una obligación casi imposible de cumplir.
Campos de concentración
El representante de la Confederación de Trabajadores y Campesinos (CTC), Marco Antonio Sánchez Abnal, declaró que resulta paradójico que siendo Campeche uno de los estados menos poblados del país, también sea uno de los que haya adoptado un modelo de vivienda de interés social, que además de está peleado con el entorno social, tampoco vaya acorde con el modelo y estilo de vida tradicional de los campechanos.
“Algunos de los fraccionamientos podrían ser considerados auténticos campos de concentración o segregación, debido a problemas de hacinamiento y otros factores que disminuyen la calidad de vida de las personas que ahí habitan”, opinó el dirigente.
Asimismo, el dirigente sindical manifestó que en las últimas décadas, las constructoras han preferido invertir en los programas de vivienda de interés social, en vez de los antes rentables proyectos de vivienda residencial, destinados a los sectores sociales de mayor poder adquisitivo.
“El asunto es que es mucho más rentable invertir en fraccionamientos, en donde las casas son vendidas a plazos de hasta 26 años, que les aseguran ingresos casi permanentes a las compañías constructoras, tiempo durante el cual cobran a sus clientes onerosos intereses.
“Al cabo de una década, los constructores de vivienda de interés social obtienen más beneficios de un fraccionamiento de trabajadores de escasos ingresos, que por la comercialización de un proyecto de vivienda residencial destinado a clientes de alto poder adquisitivo”, explicó el entrevistado.
En Campeche -dijo el dirigente sindical- existen más de un buen ejemplo de aquellos proyectos de vivienda de interés social, en donde paradójicamente los ocupantes optan por abandonar la vivienda obtenida mediante un crédito hipotecario o en donde las expectativas del desarrollador inmobiliario eran tan amplias que construyó viviendas de más.
Pero además, no son pocos los casos en los que la vivienda es abandonada por sus ocupantes, debido a que éstas presentan fallas graves en su estructura o fueron ubicadas en sitios que están demasiado lejos de los núcleos urbanos y centros laborales.
“En el caso de Campeche, se procuró la construcción de miles de viviendas en torno a los lugares donde se suponía que iban a florecer las maquiladoras de textiles y otras empresas, pero fue un propósito que se cumplió a medias y las viviendas terminaron siendo adquiridas por personas, que más que tener necesidad de una casa contaban con cierto capital para invertir”, concluyó el sindicalista.
(Joaquín Vargas)