Eudaldo Chávez Molina
¡Crónicas del T`nab!
“No hay otra parte del mundo, una región con tanta riqueza cultural como esta región de florecimiento de la gran cultura maya”.
Andrés Manuel López Obrador
El tren maya es el proyecto histórico, inédito y de más impacto social en este Siglo. Es la mega- obra más importante en el Plan Nacional de Desarrollo, que le apuesta a retomar el camino del crecimiento con austeridad y sin corrupción para reivindicar a los pueblos originarios herederos de la maravillosa cultura maya, sumidos en la marginación ancestral por muchas décadas.
Es el proyecto más trascendente de infraestructura, de desarrollo socioeconómico y turismo, en el que se invertirá entre 120 mil y 150 mil millones de pesos, lo que no tiene precedentes en la vida pública del país. Nunca un gobierno había invertido tanto en el sureste mexicano, ni en la Península del Mayab. Este proyecto será sometido a consulta en Tenabo el 29 de noviembre, por lo que el titular de FONATUR, Rogelio Jiménez Pons se ha reunido con la alcaldesa María del Carmen Uc Canul para coordinar los trabajos de esta jornada histórica donde se hace partícipe al pueblo en una democracia participativa que impulsa el presidente de la república Andrés Manuel López Obrador.
La ruta donde se planea construir el Tren Maya tiene un alto nivel de marginación criminal, olvidado por siglos, el sureste mexicano se convirtió en la región más abandonada de los gobiernos prianistas, sobrevivió entre la pobreza, la miseria y la discriminación, por lo que su construcción será un detonante económico, porque en el circuito existen muchos pueblos que se van a beneficiar.
Como el caso de la comarca prehispánica de la ancestral T`nab, cuya historia no se puede concebir completa sin la evolución del ferrocarril, cuya huella marcó para siempre esta vieja ciudad de la región del alto camino real, donde también el tren pasa primero.
Serán 1525 kilómetros de recorrido con una velocidad media de 160 kilómetros máxima. Llegará hasta donde nunca había llegado el progreso. Esta magna obra es un proyecto de reordenamiento territorial, infraestructura, crecimiento económico y turismo sostenible.
Su principal objetivo es el bienestar social de los habitantes de la zona maya, tan olvidados durante los últimos siglos, pese a su gran riqueza natural y arqueológica, donde brilla la joya histórica del mundo maya: Calakmul, que ha despertado la ambición del gobierno de Quintana Roo que por capricho pretende esa franja.
Principales ciudades
El tren maya conectará las principales ciudades y circuitos turísticos de la región para integrar territorios de gran riqueza natural y cultural al desarrollo turístico, ambiental y social en el antes abandonado sureste mexicano, que con este proyecto es reivindicado.
El 95% del trazo del tren maya pasará por derecho de vía existente, y en el derecho de vía por obtenerse se buscará incorporar a los propietarios al proyecto para que se beneficien con el ingreso por su patrimonio. En el caso de invasiones en el derecho de vía se buscará un acuerdo con los grupos sociales que por necesidad se hayan visto obligados a asentarse fuera de la ley.
Hay que decir, que el bienestar de las personas está en el centro del proyecto, ya que el tren genera empleos, detonará la economía de la región y desarrollará infraestructura con servicios básicos para mejorar la calidad de vida de los mayas.
Hay que destacar que con pleno apego a la ley y al Convenio 169 de la OIT sobre pueblos indígenas, se han realizado consultas previas e informadas, a los pueblos originarios que están involucrados en este proyecto para que se respete su cultura.
En lo que refiere al diseño del proyecto, éste incluye medidas para preservar el patrimonio cultural, sus sitios arqueológicos y áreas naturales. El interés es reducir al mínimo el impacto negativo de esta magna obra sobre el medio ambiente, y en su caso se van a contrarrestar con programas que se van a dirigir a la recuperación y conservación de esos recursos naturales.
La voluntad más importante es la contención de la depredación ambiental que no está regulada y esa omisión ha provocado la pobreza y la falta de oportunidades.
Por eso el tren maya es un legado científico donde el ser humano no tiene límites para conservar, proteger, crear y recrear su propio hábitat, respetando a la naturaleza y mejorando su calidad de vida.
Hay algo también muy importante, el proyecto del tren maya tiene el aval, el respaldo y colaboración de la ONU-Hábitat, quienes diseñan junto con las comunidades los planes de desarrollo regional con un enfoque incluyente y sustentable.
Los servicios del Tren Maya
El tren maya ofrecerá tres servicios de transporte: pasajeros locales, pasajeros turistas y carga. En la noche el tren se utilizará para trasladar carga, con lo que se incrementará el flujo comercial de productos locales para cumplir con la demanda de esta zona y mejorar los costos de transporte.
No podemos ser a ultranza conservacionistas cuando tenemos tanta miseria; tenemos que crear desarrollo en el sur y sureste, una región con alto rezago social que en este siglo se había mantenido en el abandono, pero que se reivindica con este magno proyecto del tren maya.
En este Siglo de rezagos crecieron de la mano la miseria y la ignorancia, los dos juntos, propiciaron la destrucción de todas nuestras reservas de la biósfera. Montes Azules hace 25 años tenía 650 mil hectáreas, hoy tiene menos de 400 mil. ¿Qué pasó? No es un problema de biología, forestal, es un problema de miseria, es un problema social. Volteen a ver a Chiapas. Tan sólo de la reserva de la biósfera que farsantes ambientalistas dicen proteger es un desastre, pura miseria dentro de esas reservas de la biósfera.
Por eso hay tanto ataque a este gran proyecto, y se entiende, hay muchos santones del conservacionismo que están todos indignados porque no se les llamó o quieren que se les llame para que hagan su negocio, sin embargo la 4T es un nuevo régimen donde no tiene cabida la corrupción.
Las comunidades indígenas deben subirse al tren, o se les lleva el tren. El tren es una obra social y de reordenamiento territorial que combatirá la miseria de la zona con viviendas en el espacio rehabilitado para la población de escasos recursos, además de capacitación y empleos, lo que a su vez impedirá que continúen las invasiones que están acabando con las reservas de la biósfera de nuestra patria.
En cada una de las estaciones se tiene previsto desarrollar pequeñas ciudades, a partir de un reordenamiento territorial, en donde el 70 % sean áreas verdes y el 30 % urbanizado en términos ambientales y también sociales, porque son incluyentes. No se vale hacer ningún desarrollo si no tiene su zona de gente modesta ubicada dignamente en las cercanías de las áreas de producción.
Una vez concluido el proyecto del tren maya se podrá tener un flujo de más de 3 millones de visitantes anuales. Esa es una meta asequible que va a significar la habilitación de infraestructura de recepción de ese volumen. No tanto al turista, sino a quienes van a atender ese turismo, la generación de empleos. Se tiene que generar toda esa serie de programas urbanos que de paso empieza a ordenar ecológicamente el área territorial.
AMLO preocupado por el Sureste
El presidente de la república Andrés Manuel López Obrador ha demostrado su preocupación por esta región, y está cumpliendo todo lo prometido, y hará realidad el sueño del sureste con esta magna obra que va a traer el desarrollo, porque los necesita para que se incorporen al trabajo. La gente local, sobre todo la más modesta y humilde, puede ver pasar el tren si no se capacita.
Existe la firme y honesta convicción de hacer bien las cosas de común acuerdo con las gentes para evitar otro Atenco, no se va a lo estúpido a tratar de desplazar y tomarle el pelo a la gente, ese fue el gran problema en el viejo régimen. En la 4T todo es diferente, es un gobierno distinto, eso que quede muy claro.
Es un gobierno de izquierda, que inclusive está instaurando más que otra cosa un verdadero capitalismo, más allá del capitalismo de cuates que hay en México, muy corrupto por cierto, muy ineficiente por corrupción. No nos podemos sustraer de ese sistema económico que vivimos; saquemos el mejor provecho, hay oportunidades de hacerlo bien, pero con visión de integración económica y social para que ningún grupo esté desplazado.
El proyecto del Tren Maya es una decisión consensada, mayoritaria, cuyo programa de desarrollo no podrán rechazar las comunidades indígenas, pero se va a informar previo a la acción. Y para concientizar a los habitantes, en estos meses se van a realizar las consultas que va a costar mucho dinero, pero vale la pena. Imagínense que no hubiese Tren Maya, para qué gastar millones de pesos.
A los pueblos de la ruta del tren maya se les está facilitando instrumentos de desarrollo y que ellos mismos, en sus propios términos, se desarrollen para contribuir en la mejor forma culturalmente resultante de todo esto. Aquí una de las cosas más peligrosas que tenemos es en efecto nuestra responsabilidad a futuro como mexicanos con el contacto con grupos originarios aunque sean de otro lado.
No se les va a imponer formas deformantes, no se va a llegar a una concepción de un mayismo falso histórico deformante hollywoodense ni cursis, ni tampoco modernidades hipster a ultranza. Se está convenciendo con mucho respeto y con mucho ritmo de trabajo con ellos para incorporarlos a su nuevo futuro.
Hay la convicción de informar y consultar a los pueblos originarios, ante la incertidumbre lógica de las comunidades, que dudan de la autoridad porque “están escamados históricamente, y los malos gobierno del viejo sistema los han engañado.
Todo mexicano lo sabe, los gobiernos nunca han hecho las cosas bien, seamos honestos. Tenemos que generar interlocutores válidos para ellos, ¿cuánto tiempo nos lleva? Todos esos procesos sabemos que en el momento en que las comunidades tienen información y los miras a los ojos, y ellos te ven a los ojos y se empieza a generar confianza, pues te empiezan a creer.
Por eso la trascendencia de la información y la consulta que se efectuará este 29 de noviembre en Tenabo, el municipio de origen maya que busca reivindicar su historia prehispánica y mostrar al mundo su maravilloso espectáculo arqueo astronómico de luz y sombra en el santuario sagrado de Kin-Ich-Ahau, en el ciclo mítico de la siembra y la cosecha del maíz, la gramínea que los mayas convirtieron en dios y alimento.
Cuando empezaron las primeras reuniones para presentar este proyecto, se vivieron experiencias que hablan de la trascendencia de esta obra, en donde un día los funcionarios dijeron;” ‘ah, pues si ya no quieren venir pues ya no pasa aquí el tren. Se levantan y se paran, y los habitantes de un pueblo dicen ‘no no no’, echándole bronca a los supuestos defensores de ellos que eran las ONG que están así más papistas que el papa y les dicen ‘oigan, qué les pasa, necesitamos el tren, agarren la onda’. ‘Mi hijo’, decía uno de los viejitos productores de miel, ‘se tuvo que ir a Estados Unidos porque aquí no hay jale, no ven cómo estamos mal, vean cómo está a nuestro alrededor. Todos los sobrinos están yéndose a la Riviera Maya o a Estados Unidos a trabajar porque aquí no hay jale. Qué quieren, ¿que nos quedemos así?’”. Pues no, el tren maya viene a reivindicar el orgullo de nuestra etnia maya. O nos subimos todos al tren, o nos lleva el tren. Esta es la hora y el mejor momento.