Eudaldo Chávez Molina
En el corazón neurálgico de la Ciudad de México, en el Zócalo, de cara a la nación y de frente al Pueblo, Andrés Manuel López Obrador refrendó sus compromisos e informó de los grandes avances radicales que han estado cambiando el rostro de la Patria, partiendo del combate efectivo de la corrupción, y ratificó que la derecha reaccionaria está moralmente derrotada, está en marcha una nueva forma de hacer política, el cambio de régimen que se guía por la honestidad, la democracia y el humanismo, ante un Pueblo eufórico y alegre que le gritaba¨: no estás solo.
El 1 de julio del 2018, el Pueblo mexicano votó por el cambio de régimen, harto de un sistema putrefacto secuestrado por los neo porfiristas y, este 1 de diciembre, el Gobierno de la 4T, que encabeza Andrés Manuel López Obrador, arriba a un año de administración pública conservando altos niveles de aprobación a su estilo de gobernar, partiendo del combate a la corrupción que ha venido rompiendo el esquema de una vasta red de complicidades, que como un cáncer venía corrompiendo las estructuras del gobierno.
Lo que se ha logrado no tiene precedentes, y lo ha hecho desde abajo entre todos, y es bastante el avance sentando las bases para concretar la Cuarta Transformación de la vida pública de nuestra patria. Se tiene ya un marco legal diferente, se aprobaron reformas a la Constitución, pues en sentido real, estricto ya existe una nueva Carta Magna que combate la corrupción, que promueve la justicia social y que impulsa la democracia.
En este nuevo régimen, en los hechos están llegando los beneficios a todos, en un 75% de los hogares de la república cuando menos llega un programa de bienestar en esos hogares antes abandonados. En el caso de las gentes más pobres, de las más humildes de las comunidades indígenas, de cada diez hogares nueve ya están recibiendo su apoyo, y muy pronto se cubrirá el cien por ciento, aplicando el criterio de atender a todos, de escuchar a todos, pero primero los pobres.
Por el bien de todos primero los pobres, son la prioridad en este nuevo régimen de la 4T, y ésta ha quedado ratificada en el presupuesto a ejercer en el 2020, donde se ha aprobado un incremento sustancial sin precedentes a los programas de asistencia social, y no solo eso, sino que también se va a elevar al orden constitucional los programas nuevos, con el objetivo de que no se suspendan en el futuro.
Todas las mañanas se le mira contento y satisfecho, tranquilo con su conciencia por el deber cumplido de estar sirviendo al pueblo, al final de cuentas eso es la justicia, darle más al que menos tiene. No puede haber trato igual entre desiguales, aunque los neo porfiristas y conservadores hablen de discriminación por atender las necesidades de los pobres.
A partir del 1 de diciembre de 2018, se entró a una etapa histórica de la transformación que estamos llevando a cabo entre todos los mexicanos para lograr el cambio verdadero. Y claro que no está solo. Tiene a su lado al pueblo que es el motor del cambio, el pueblo es el alma de esta transformación.
Los reaccionarios creyeron que con la coartada de la intención de un golpe de estado que planeaban en Sinaloa el presidente de la república se iba a desplomar, sin embargo el gobierno surgió de un proceso legitimado por más de 35 millones de mexicanos que día a día le ratifican su apoyo. Con el pueblo todo, sin el pueblo nada. Así de la mano del pueblo se construye una patria nueva.
La magna concentración en el zócalo demostró que el pueblo organizado, que juntos estamos haciendo historia llevando a cabo esta transformación por mandato popular, en beneficio del México que había sido marginado, de nuestro querido país, de nuestra patria rescatada de la corrupción y la impunidad.
Sin embargo, un futuro promisorio le espera al país con la entrada en vigor del Plan Nacional de Infraestructura, que al arrancar los proyectos se van a reactivar todos los sectores de la economía, la infraestructura es un detonador, hay compromisos de los empresarios visionarios del nuevo país, impulsor de la economía transformadora cuyo eje central es el motor del cambio decisivo en la hora exacta del salto de calidad, un movimiento extraordinario impulsor del México de grandeza al que aspiramos los mexicanos.
El paquete inicial de este plan consta de 147 proyectos con una inversión privada de 859 mil 22 millones de pesos, una inversión que sin duda alguna marcará un nuevo rumbo para el país que lo catapultará a una grandeza que no se ha visto durante muchas décadas, pues este paquete incluye obras claves en cada región de la república.
Una transformación que ha venido cambiando el rumbo y el rostro de la patria, luchando por causas justas, por la verdadera democracia, por la defensa de nuestra soberanía y por las libertades. Se vive en un régimen que descansa en el amor a la paz y a la armonía social. Tenemos un presidente que ama la vida, que se preocupa por el prójimo, y lo demostró al evitar una masacre en la aguerra de Sinaloa, cuando los neoliberales pedían sangre, mucha sangre para saciar sus instintos inconfesables.
Y aunque la derecha reaccionaria, no encuentra argumentos para denostar a la 4T, le apuestan a las protestas para darse a notar, y el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que no busca que las manifestaciones y críticas a su gobierno desaparezcan, pero señaló “con todo respeto”, que los neoliberales y sus opositores están “moralmente derrotados”, y que el triunfo de la derecha reaccionaria es moralmente imposible.
En su Primer Informe de Gobierno, el Presidente agradeció que la oposición no se ha vuelto violenta y no ha logrado generar un grupo que afecte la estabilidad del país, aunque fue tajante al señalar que la cuarta transformación los tiene derrotados, y están rabiosos, llenos de ira incontenible ante el respaldo de millones de mexicanos al gobierno de la 4T, pese a todas las coartadas para detener el cambio verdadero que se vive.
Con lo conseguido en este primer año, bastaría para demostrar que se está llevando a cabo un verdadero cambio, que no es más de lo mismo, confieso que hemos contado con suerte, en este tiempo han soplando buenos tiempos y estamos llevando a la práctica una transformación profunda con poca confrontación y sin violencia.
No se busca que desaparezcan las protestas y críticas de nuestros adversarios, que están nerviosos o incluso fuera de quicio, no han podido constituir y esto lo celebro y toco madera, que no se pueda crear un grupo con la fuerza de los reaccionarios de otros tiempos y lo digo con respeto, no quiere que se entienda como prepotencia o burla, están moralmente derrotados”, ha sostenido el presidente de este nuevo régimen. De Evo Morales dijo que es un hermano que representa mayoritariamente a un pueblo indígenas, y que fue víctima de un golpe de estado, ratificando la postura de México ante su tradicional vocación de asilo, rechazando la militarización, y privilegiando la democracia.
El Presidente sabe que la oposición no ha logrado fortalecerse ni crear “un paralelo” sólido al gobierno, pues por el contrario, reiteró que los ciudadanos están felices, y no le han dejado de apoyar, pese a los obstáculos y coartadas de sus adversarios políticos, que no logrado entender su derrota y aún no reaccionan que hasta han desparecido del escenario político, donde AMLO sigue dictando la agenda nacional todas las mañanas.
Se está imponiendo el cambio a los ambiciosos y mezquinos seducidos por el falso brillo del dinero; la mayoría de los mexicanos están contentos y felices, por los cambios radicales que se han concretado y por el combate efectivo a la corrupción y la creación del Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado.
Como lo dijo desde el 1 de diciembre de 2018, cuando rindió protesta y en sus dos anteriores rendiciones de cuentas, López Obrador insistió en que no le fallará al pueblo de México y que tiene todas las fuerzas y talento puestos en el desarrollo del país.
En el aspecto de seguridad reconoció que es un pendiente donde se trabaja a marchas forzadas, y en cuanto al caso de Culiacán destacó su amor a la vida por encima del derramamiento de sangre que pedían los reaccionarios parea calmar su ira, indigerible ante la derrota contundente que sufrieron el 1 de julio de 2018.
Los empresarios están ayudando con compromiso social y pagan impuestos, tienen interés en el desarrollo del país y todo esto me da confianza, pero sin aflojar, no tengo derecho a fallar y es una ducha enorme servir al pueblo en estos tiempos.
Rendido ante un pueblo que lo aclamaba durante su mensaje, Andrés Manuel López Obrador, siempre tuvo en su informe los ejemplos rectores de la conducta política de Benito Juárez, con cuyo apotegma cerró su interesante primer informe en este nuevo régimen de la Cuarta Transformación. ¡Con el Pueblo todo, sin el Pueblo nada!