En el marco de los festejos del 20 aniversario de la denominación de Patrimonio Cultural de la Humanidad de la Ciudad Amurallada de San Francisco de Campeche, es necesario recordar por qué se hizo esta declaración y reflexionar sobre los cambios que ha tenido la ciudad, a partir de esto.
Entre el discurso oficial de por qué se logró el Patrimonio Cultural, se resaltó que “en las últimas décadas se ha promovido la identificación de nuevas categorías patrimoniales que involucran monumentos, conjuntos y lugares: los paisajes culturales, a veces implicados con el patrimonio prehistórico y el arte rupestre, pero también con actividades productivas de grupos humanos contemporáneos; los itinerarios culturales, entendidos como toda vía de comunicación físicamente determinada y caracterizada por poseer una dinámica histórica propia, con testimonios de intercambio de bienes, ideas y conocimientos de importancia universal; el patrimonio moderno, representado por la arquitectura y el urbanismo de los siglos XIX y XX; y el patrimonio industrial como testimonio relevante de la cultura de la producción en el mundo”.
Por lo que el patrimonio cultural puede estar constituido por aquellos monumentos, conjuntos o lugares con valor universal desde el punto de vista de la historia, el arte o la ciencia.
Los monumentos son obras arquitectónicas, de escultura o de pintura, monumentales, elementos o estructuras de carácter arqueológico e inscripciones, cavernas y grupos de elementos de valor excepcional.
Los conjuntos son grupos de construcciones aisladas o reunidas, cuya arquitectura, unidad o integración en el paisaje tengan un valor excepcional.
Los lugares son las obras del hombre u obras conjuntas con la naturaleza, así como las zonas, incluidos los lugares arqueológicos con valores excepcionales desde el punto de vista estético, histórico, etnológico o antropológico.
Así que de esta forma el gobierno de José Antonio González Curi, luego de todo un proceso de cimentar una seudo identidad de los campechanos y convencer a ciertas personas, logró obtener este reconocimiento para la capital, la cual se encontraba en una situación grave por el exgobierno de las autoridades estatales y municipales.
¿Por qué fue nombrada?
Gracias a sus edificaciones representativas de la arquitectura militar de los siglos XVII y XVIII; sus viviendas tradicionales con influencia andaluza y caribeña y su modelo de urbanización de una ciudad colonial barroca. Se trata de la única ciudad amurallada en México, Campeche tiene 500 metros de valla, dos puertas, dos fuertes y ocho baluartes, construcciones defensivas en forma de pentágono.
Críticas del reconocimiento
En “El discurso de la Modernidad arquitectónica y urbana de San Francisco de Campeche, una taxonomía de sus alteraciones”, el investigador, Carlos Alfonso de Jesús Domínguez Vargas destacó que “La nominación de Patrimonio Cultural de la Humanidad ha traído consigo un desequilibrado uso del suelo en toda la zona intramuros, a la fecha se han incrementado el número hoteles, restaurantes y oficinas, disminuyendo consigo la vivienda de gente que había habitado en ese sector en la primera y segunda mitad del siglo XX”.
El ejemplo de esto es el efervescente número de espacios turísticos que se han creado en la capital para atender a las personas que no son de la entidad y que llegan precisamente a admirar la ciudad que fue nombrada Patrimonio Cultural, la cual tiene un aspecto de modernidad, pero sigue presentando problemas en los servicios y necesidades que tienen sus ciudadanos.
De igual forma, José Alonzo Sahui Maldonado en “Análisis de las estrategias de desarrollo implementadas en el sector turístico campechano: 1995-2015” expresó que “Finalmente, tenemos el caso de la ciudad fortificada de San Francisco de Campeche, declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad, una de las pocas ciudades amuralladas de América y la única con estas características en México. Aquí, aunque se ha visto un crecimiento importante de la actividad turística, hace falta lograr que la ciudad deje de convertirse en destino turístico de una sola noche, mediante el desarrollo e incorporación de otros productos y ofertas turísticas”.
De esta manera, la denominación de Patrimonio Cultural de la Humanidad de la Ciudad Amurallada de San Francisco de Campeche solo benefició a empresarios, grandes adinerados y a quienes estuvieron o continúan en el gobierno estatal, porque los campechanos en lugar de ofrecer un espacio habitacional dentro de este sitio geográfico a los campechanos, sirve totalmente al beneficio de los visitantes y poderosos de la ciudad.
(David Burelo)