Campeche

PEMEX paga el transporte y Kidnie se queda el dinero

Los transportistas afectados por la falta de pago de la Sección 47 del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana no pertenecen a la Alianza Mexicana de Organización de Transportistas (Amotac), sin embargo, han buscado orientación, declaró Jesús Fernández Solís Montañés, subdelegado de Amotac en Carmen.

“El servicio que le dan a los trabajadores de la Sección 47, a Cases y a la Península de Atasta, lo daban con cuatro o cinco camiones, de Baltita Tours, el propietario, don Joel, lleva arrastrando una deuda fuerte por parte del sindicato y ahora que llega otra empresa a proveer el servicio lo sacan a él y no pagan”, apuntó.

La falta de pago propicia que dejen de prestar el servicio, aunque tienen un contrato, los pueden demandar, siempre y cuando el contrato no esté vencido, y esto origina que se paren los servicios hasta que se resuelva el asunto.

“Por nuestra parte, como agrupación, no damos ese tipo de servicios a ciertas empresas precisamente por la falta de pago y no queremos arriesgarnos, ahora vemos el caso de esta empresa, que se nos acercaron para una orientación porque aunque no sean socios no dejaremos de escucharlos”, indicó.

Agregó que si más adelante hay una manifestación mayor podrían involucrarse y aunque haya otras salidas, en las que se incluya que la empresa que no quiera pagar utilice otros servicios, de todas formas están comprometiendo a los trabajadores.

“El servicio de transporte que utilizan los trabajadores se les descuenta de su nómina, no lo regala la Sección, pero el problema es que después que PEMEX le paga a la Sección con el contrato, éstos no les pagan a los subrogados, en este caso la empresa afectada, y es ahí donde se echa a perder todo”, subrayó.

Solís Montañés dijo que el transporte no es gratis y ya es descontado a los petroleros, pero han ido dejando acumular la deuda y lo que el propietario transportista quiere es que le paguen para zanjar el asunto. Dijo que la deuda asciende a más de 2 millones de pesos, aproximadamente.

(Texto: Dayana Alcalá /

Fotos: Carlos Valdemar)