ESCARCEGA, Cam., 12 de abril.- Carboneros del ejido Matamoros y sus familias confrontaron ayer a un grupo de oficiales de la Policía Federal División de Gendarmería, así como a personal de la Secretaría de Marina-Armada de México que los apoyarían en un operativo para asegurar varias toneladas de carbón que iban a ser cargadas a un tráiler, en una carbonera ubicada a tres kilómetros de esa localidad, evitando que eso sucediera.
De acuerdo con la información obtenida, a eso de las 04:00 horas habitantes del pueblo notaron que en la localidad se hallaban patrullas y agentes de la Gendarmería y de la Secretaría de Marina, acompañados de personal de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), los cuales se dirigieron al monte directo hacia la zona donde se hallan los tumbos de carbón y los hornos para producirlo.
Los federales recibieron un “pitazo” de que sacarían un importante cargamento del vegetal a bordo de un tráiler, por lo que al darse cuenta que se dirigían hacia esa zona, se despertó a la gente del pueblo y alrededor de 400 personas de todas las edades se encaminaron hacia la carbonera y rodearon a los gendarmes y marinos, quienes para ese entonces ya habían colocado sellos al carbón y cintas alrededor de los hornos.
El tráiler al que hacían referencia ahí se hallaba, pero como no estaba cargado no pudo ser asegurado. Al ver que tenía cintas el carbón que se hallaba listo para ser cargado al tractocamión, la gente les advirtió que si se atrevían a sacar algo de ese lugar se complicarían las cosas, sobre todo porque un joven señaló a un gendarme de haber participado en el aseguramiento de un cargamento de carbón hace dos semanas.
La gente rodeó a los federales y marinos, quienes junto con el personal de Semarnat se dirigieron a la comunidad y se refugiaron en la casa del comisario ejidal, Medel Sánchez, a quien la gente del pueblo tildó de “soplón” y traidor, ya que creen que él, los hermanos Roberto y Pedro Trinidad Sánchez, así como Francisco Pérez Olán, estuvieron detrás de ese “pitazo”, pues hasta café se hallaban tomando junto con los federales.
Los enfurecidos habitantes de Matamoros querían ingresar a la casa de Medel Sánchez, quien tendría intereses en el asunto, ya que lo señalan como acopiador y vendedor de carbón, al tener en su custodia a los que participaron en el operativo, aunque la mediación del personal de la Secretaría de Marina-Armada de México y la buena disposición de la gente se les permitió retirarse, pero sin el carbón que pretendían asegurar.
(Texto: Martín Contreras Fotos: Especiales)