Campeche

'Todavía vive en nuestra memoria, NO se puede ocultar NI resarcir”

Como una explosión que aún retumba en sus oídos recuerda el trabajador de Petróleos Mexicanos, Jorge Luis Ríos Robles, la tragedia ocurrida la madrugada del 1 de abril de 2015 en la plataforma Abkatún Alfa, de la cual fue uno de los sobrevivientes al lograr abordar una de los botes de salvamento; sin embargo, asegura que se trata de un trauma colectivo que marcó al gremio petrolero, pues aún hoy existen viudas que jamás han visto a sus deudos, y la única certeza de que la corrupción y el desmantelamiento de la industria fue la principal causa del estallido.

El petrolero narró su experiencia a POR ESTO!, “nosotros estábamos durmiendo, supe por ahí que un tramo de una tubería se rompió, se generó una chispa y de ahí la primera explosión, que fue una de las más fuertes que he tenido en la vida en PEMEX, nosotros al estar durmiendo en el cuarto está pegado a la pared de la habitacional, y la onda expansiva de la explosión se sintió como si hubieran dado un marrazo, un golpe pero fuerte, como si una grúa le pegara a la pared, porque se sintió tanto el ruido como la onda expansiva, eso hizo que nos despertáramos pero en el acto”.

“Así como estábamos nos asomamos a la puerta que tiene un cristal doble, hubo la otra explosión y vi el hongo de fuego que formó y cómo iba creciendo y haciéndose más y más alto, yo ya no entré al cuarto, así como estaba en short, playera y chanclas corrimos al primer nivel, todavía hasta ahí había luz, porque la generación de luz es a través de unos turbogeneradores que estaban en esa área, bajamos, yo corrí a un bote de salvamento sin pensarlo, uno de los que había ahí, eran cinco, y sin decir vamos a hacer esto, me subí al bote abrí la escotilla y empezamos a prepararnos ya para el abandono”, recordó.

“Así, aunque escuchábamos las explosiones tras explosiones, nosotros continuamos destrabando primero el bote y gritando, porque solamente así se entiende en esa situación, que se formaran pero primero se agarraran su chaleco salvavidas, se subieron unos al bote y se empezó a contar, porque el bote es nada más para 56 personas, te tienes que amarrar con tu cinturón porque si el bote no baja lo tienes que destrabar y es una altura de más de 25 metros lo que va a caer al agua”.

“Se fue la luz, quedó a oscuras, la gente gritaba, porque dos de los botes de salvamento no lograron bajar, los motivos, hasta ahorita nadie ha dicho ni dictaminado el por qué no bajaron, solo lo hicieron tres, de uno tuve la responsabilidad de hacerlo –continuó su remembranza-, lo encendimos pero nunca pudimos embragar, chocábamos con la plataforma”.

“Había una surada, gracias a Dios qué bueno que había surada, porque había unas olas de 3 metros, porque si hubiera habido calma o un poco de norte los que no lograron llegar a los botos o que lograron subirse a una balsa, porque la mayoría se tiró al mar, y si hubiera norte los hubiera conducido hacia debajo de la plataforma que se estaba quemando, pero como había surada, los que se botaban las olas los empujaba en contra de donde ya había aceite ardiendo en el mar, eso nos ayudó mucho e hizo que no nos quemáramos mucho”.

Nunca se supo la verdad

Ríos Robles consideró que aunque nunca se supo realmente cómo ocurrió la explosión, el estado de abandono que se inició desde el arranque del pasado sexenio fue determinante en la tragedia, de la que aún hoy cuesta trabajo afrontar los recuerdos entre sus compañeros.

“Hubo muchas simulaciones de verdades, hasta ahorita no se ha dicho ‘sabes qué esto comenzó así’, no se comentó. En principio dijeron dos –abundó sobre los fallecidos y desparecidos-, por ahí unos de compañía que los tienen como perdidos, esos ya les habrán dado carpetazo, había más de 26 gentes trabajando en esa área esa noche, y lo que yo he podido recopilar hablando y platicando pienso que unos 8 o 9 ya no aparecieron.

“Era un momento donde estaba la corrupción más alta, los años de corrupción, todo se encarpetó, yo sé que todavía hay viudas buscando a sus difuntos, eso fue otro trauma, porque no nos quisimos meter, cuando regresamos a la plataforma meses después como que la gente andaba como zombi, o andamos todavía como zombis, no queremos tocar ese tema, no queremos hablar de ello. Sí, es un trauma que no se ha podido resarcir”, dijo.

Va para atrás

la corrupción

Destacó la responsabilidad del pasado Gobierno Federal, y cómo ya se están tomando las medidas adecuadas para evitar una tragedia similar, “en ese tiempo estaba la corrupción en su máxima expresión, se dejó desde 2014, bueno desde el 2012 que entra Peña Nieto y la Reforma Energética y todo eso, entonces se dejó de dar mantenimiento a todo, desde que entró Peña Nieto hasta todavía unos dos meses antes de 2019 ya no se le invirtió un peso a nada, aunado a lo que ya estaba, porque esa plataforma tiene ya más de 30 años, entonces todo estaba ya corroído, sobre todo se sabía pero no se comentaba.

“Actualmente ya se han tomado las medidas, puedo decirte que sí se está viendo que ya hay la intención del Gobierno, ahorita ya es real, porque ahorita se está dando mucho mantenimiento de corrosión, que es lo que acaba con cualquier tubería, tuerca, instalación”, afirmó.

“Ahorita ya hay mucha compañía que están trabajando en la corrosión y lo que se está cambiando, sí se ve que hay la voluntad de hacerlo, y también se está anunciando que ya hay dinero para invertir en Pemex, creo que por ahí vamos bien. Pero sí, lo que pasó en esas fechas fue algo horrible, todavía vive en nuestra memoria, no se puede ocultar, y pues también seguimos ahí porque pues somos hombres de acero, dice un dicho por ahí, y a pesar de todos nuestros temores, miedos y terrores, ahí seguimos”.

(Texto: Carlos Valdemar /

Fotos: POR ESTO! / Especial)