ESCARCEGA, Cam., 19 de abril.- Las parroquias del Inmaculado Corazón de María y el Sagrado Corazón de Jesús congregaron ayer a miles de fieles católicos para rememorar la Pasión y Muerte de Jesucristo; la primera con un atractivo y bien organizado viacrucis viviente, que inició en la capilla de la Divina Providencia y culminó en la iglesia de Guadalupe, y la segunda desde la capilla de Nuestra Señora del Carmen hasta su santuario principal, en la colonia Unidad, Esfuerzo y Trabajo I.
El párroco de la iglesia del Inmaculado Corazón de María, Leobardo Castillo Contreras, encabezó el viacrucis viviente, una tradición que se había perdido desde hace muchos años en el municipio y a la que se sumaron decenas de jóvenes católicos para darle mayor realce y significado a la conmemoración del Viernes Santo, y que dio inicio en la Capilla de la Divina Providencia, en la calle 41 de la colonia Fertimex.
Una a una, en un recorrido que duró varias horas, se fueron recorriendo y escenificando cada una de las estaciones de la Pasión de Jesucristo, en su camino por la llamada Vía Dolorosa hacia el Monte Calvario, donde iba a llevarse a cabo su crucifixión, lo cual se desarrolló con un intenso fervor religioso, solemnidad y respeto.
El recorrido incluyó pasar por la Parroquia del Inmaculado Corazón de María y, posteriormente, tras atravesar las colonias Salsipuedes, Jesús García Corona y Ricardo Flores Magón, los participantes de la escenificación llegaron a la calle 32 de la colonia Revolución, a un costado de la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, donde se revivió la crucifixión y muerte de Jesucristo.
El párroco de Leobardo Castillo Contreras destacó que el Viernes Santo es una de las principales conmemoraciones de la Iglesia Católica, ya que se recuerda que ese día Jesucristo dio la mayor muestra de bondad, de sacrificio y de amor por la humanidad, ya que cumpliendo con su mandato divino murió por nuestros pecados, por el perdón de los pecados de quienes vivimos en este mundo.
Viven con fe el Viernes Santo
Por su parte, fieles católicos y el párroco de la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, Jaime Martínez Corona, revivieron del mismo modo, con mucha fe y solemnidad, el calvario que sufrió Jesucristo el día que fue crucificado, recreando en cada una de las estaciones el recorrido hasta el Monte Calvario, donde expiró por el perdón de nuestros pecados, partiendo esta vez desde la colonia La Jeringa, en la capilla de Nuestra Señora del Carmen.
En su avance por las estaciones del viacrucis se representó cuando Jesús fue condenado a muerte por Poncio Pilatos, al acceder a la exigencia de la muchedumbre de que se le crucificara, la manera en que fue obligado a cargar una pesada cruz, con la que fue azotado en innumerables ocasiones. “De esa misma forma son acosados niños y jóvenes en la actualidad, que son víctimas de la violencia y por la pobreza”, pronunció el párroco, quien pidió rezar y clamar a Dios por ellos, para salvarlos de la crueldad humana.
Se rememoró las veces que cayó y cuando fue auxiliado por su madre, a quien le pidió no interferir para que pudiera cumplir con los designios de su Padre, cuando fue ayudado a levantar la cruz por Simón, ocasión que aprovechó nuevamente el cura para implorar por los pobres que trabajan, que luchan por salir de la pobreza.
Durante las siguientes estaciones y hasta llegar a la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, se rezó por aquellos desaparecidos que no han vuelto a sus hogares, por las mujeres, por los hombres, que deben contar con un trabajo digno que otorgue el sustento para sus familias, y pueden todos adorar a Dios y clamar por su benevolencia y su protección.
Antes de llegar a la iglesia se recordó cómo Jesús fue clavado en la cruz, el suplicio que vivió antes de su muerte y cómo autorizaron a su madre y seguidores ser sepultado. Por la tarde se llevó a cabo la ceremonia de las Siete Palabras, la adoración de la Santa Cruz, el Rosario del Pésame y la Marcha del Silencio, para cerrar con ello las celebraciones del Viernes Santo.
(Martín Contreras)