El médico pediatra Froilán Palestino Cruz señaló que ante las temperaturas muy altas de 40 a 45 grados, y 50 grados de la sensación térmica, que se están sintiendo en la Isla de Carmen, la ciudadanía debe tomar las precauciones necesarias, sobre todo en menores de edad para que le aumenten el consumo de agua o líquidos y evitar una deshidratación; de igual modo se recomienda la higiene en las manos, así como en los alimentos, ya que es una temporada en donde aumentan los cuadros gastroenterales por bacterias, virus y parásitos.
Indicó que hasta el momento no se ha presentado caso de insolación, ya que por fortuna los padres son precavidos y aquí es donde tiene que ver mucho el cuidado de los padres hacia los pequeños, es muy interesante saber que en cuanto el pequeño inicie con cuadro diarreico o gastroenteritis acudan a su médico y evitar la automedicación porque se puede complicar y deshidratar al pequeño, y a consecuencia de ello hospitalizarlo.
Mencionó que hay que estar menos expuesto al sol y si en algún momento se exponen las personas deben utilizar los bloqueadores solares para evitar que los rayos ultravioletas dañen la piel.
“Hay que mencionar que cuando la temperatura corporal rebasa los 40 grados centígrados y la acompañan convulsiones, vómitos, delirios y dolores de cabeza, entre otros síntomas, puedes estar sufriendo un golpe de calor; pues en esta temporada aumentan los problemas de salud debidos a las condiciones térmicas, en ocasiones pueden ser fatales, aunque en general, los fallecimientos atribuidos a los golpes de calor en años anteriores no dejan cifras impresionantes”.
Apuntó que los fuertes calores que estamos sintiendo en estos últimos meses se debe al cambio climático y está afectando el bienestar de los humanos en muchos niveles distintos; cambios en diversos ambientes llevan a desviaciones en la incidencia y distribución de las enfermedades.
“El incremento de las temperaturas podría dar lugar a climas severos y calor extremo, resultando en lesiones o enfermedades relacionadas con el calor; un incremento en los niveles del mar impacta la calidad del agua, lo cual lleva a más casos de cólera y a brotes de bacterias”, indicó Palestino Cruz.
Dijo que los niveles elevados de dióxido de carbono impactan las fuentes de agua y alimentos y, como resultado, pueden aparecer enfermedades diarreicas; aún más importante, los cambios en la ecología y biodiversidad afectan las poblaciones de vectores de enfermedades, lo que potencialmente lleva a tasas más elevadas de dengue, meningitis, y más.
(Texto: Fernando Kantún /
Fotos: F. Kantún / POR ESTO!)